Mientras los rebeldes intentan establecer un gobierno de transición en Siria, diversas facciones armadas y potencias externas luchan por el control del país. Los combatientes kurdos han acordado un alto al fuego en Manbij, mientras que Israel intensifica sus ataques aéreos en la región.

Mientras una alianza rebelde intenta establecer un gobierno de transición en Siria, diversas facciones armadas y potencias externas luchan por el control del país, aprovechando el vacío dejado por las fuerzas gubernamentales en retirada.
En el norte de Siria, los combatientes kurdos, respaldados por Estados Unidos, anunciaron un alto al fuego mediado por este país en la ciudad de Manbij, donde han estado combatiendo contra fuerzas apoyadas por Turquía. Este acuerdo representa un respiro en medio de un conflicto que ha dejado a la región en un estado de inestabilidad constante.
Mientras tanto, el ejército israelí ha intensificado sus operaciones, llevando a cabo cientos de ataques aéreos contra activos militares en Siria. Israel justifica estas acciones como parte de sus esfuerzos por mantener a los extremistas islamistas fuera de su alcance, lo que añade otra capa de complejidad al ya tenso panorama sirio.
La lucha por el control de Siria continúa, con la posibilidad de una mayor inestabilidad en la región si no se logra establecer un gobierno central efectivo. La intervención de potencias internacionales y el papel que jugarán en el futuro del país serán cruciales en los próximos meses.