El escritor Mario Vargas Llosa falleció a los 89 años en Lima, dejando un legado literario que marcó la historia de la literatura en español.
Mario Vargas Llosa, uno de los escritores más influyentes de la literatura en español, falleció este domingo 13 de abril a los 89 años en la ciudad de Lima. La noticia fue dada a conocer por su hijo Álvaro Vargas Llosa a través de redes sociales, donde señaló que el autor murió «rodeado de su familia y en paz». En el mismo mensaje, la familia subrayó que el novelista tuvo una vida “larga, múltiple y fructífera”, y que su obra seguirá viva como testimonio de su genio creativo.
Nacido en Arequipa en 1936, Vargas Llosa fue parte fundamental del «boom» latinoamericano, movimiento literario que revolucionó las letras en el continente durante el siglo XX. Compartió escena con figuras como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes, consolidando un estilo que fusionó la experimentación formal con una profunda crítica social y política. En 2010 recibió el Premio Nobel de Literatura, reconocimiento máximo a una trayectoria marcada por la excelencia narrativa y el compromiso intelectual.
Además de su faceta literaria, Vargas Llosa tuvo una vida pública intensa. Participó activamente en la política, primero desde una postura cercana al marxismo y luego desde un liberalismo crítico que lo llevó incluso a postularse a la presidencia de Perú en 1990. Su pensamiento evolucionó con el tiempo, pero siempre se mantuvo como una voz influyente en los debates culturales y sociales del mundo hispano.
Siguiendo su voluntad, la familia ha informado que no se llevará a cabo ninguna ceremonia pública. Sus restos serán incinerados en una despedida íntima, reservada únicamente a su círculo más cercano. Se pidió respeto y privacidad para el duelo familiar.
Con su partida, la literatura en lengua española pierde a uno de sus pilares más sólidos. Su obra, que abarca novelas, ensayos, piezas teatrales y artículos periodísticos, seguirá siendo referencia obligada para lectores, escritores y estudiosos. Mario Vargas Llosa no solo fue un testigo lúcido de su tiempo, sino también un creador que supo retratar con maestría las complejidades del alma humana.
