Una carta redescubierta del siglo XVII podría cambiar la narrativa tradicional del matrimonio entre William Shakespeare y Anne Hathaway.

Durante siglos, la figura de William Shakespeare ha estado envuelta en un aura de genialidad literaria y misterio personal. En particular, su vida matrimonial ha sido objeto de especulación, muchos biógrafos lo han retratado como un esposo distante que abandonó a su familia para dedicarse a las letras en Londres. Sin embargo, un reciente hallazgo académico podría cambiar radicalmente esa percepción.
La nueva investigación, liderada por el profesor Matthew Steggle de la Universidad de Bristol, se centra en una carta del siglo XVII que pasó desapercibida por décadas. Este documento, hallado en la encuadernación de un libro impreso en 1608, está dirigido a una “Sra. Shakspaire”, que podría ser Anne Hathaway, la esposa del célebre dramaturgo. La carta, mencionada por primera vez en 1978 por un historiador aficionado, recibió escasa atención hasta que Steggle decidió investigarla a fondo.
Gracias a herramientas tecnológicas modernas, Steggle logró identificar a personas mencionadas en la misiva y establecer vínculos con la red personal de Shakespeare. Si la carta fue realmente dirigida a su esposa, ofrecería una imagen muy distinta a la del matrimonio frío y distante que muchos estudiosos han aceptado como hecho.
Entre los elementos más reveladores del análisis está la mención de que Hathaway habría residido durante un tiempo en Londres con su esposo. Esto contrasta fuertemente con la idea predominante de que ella siempre permaneció en Stratford-upon-Avon, mientras Shakespeare llevaba una doble vida literaria y social en la capital.
La carta también hace alusión a la solicitud de dinero para un niño huérfano, John Butts, con quien se sugiere que los Shakespeare tenían alguna responsabilidad moral o económica. El tono de la respuesta —presuntamente escrita por Anne— es organizado, sarcástico y comercial, lo que insinúa que ella tenía participación activa en asuntos prácticos y sociales junto a su marido.
Steggle propone que Hathaway pudo haber dejado Londres temporalmente debido a la peste de 1603-1604 y por el nacimiento de su primer nieto en 1607, más que por una separación emocional o marital. Este enfoque sugiere ausencias ocasionales, no una ausencia perpetua, y plantea que el matrimonio era más funcional y colaborativo de lo que se creía.
Este hallazgo también se alinea con tendencias contemporáneas de reevaluación feminista y cultural del papel de Anne Hathaway, como se ve en obras de ficción como la novela Hamnet o el musical & Julieta, donde ella cobra un protagonismo renovado y más empático.
Así, la carta no solo ofrece un vistazo inédito a la vida doméstica del bardo, sino que desafía abiertamente una de las narrativas más arraigadas de la historiografía shakespeariana. Para los biógrafos que han sostenido la idea de un matrimonio fracasado, este documento podría convertirse en una incómoda y reveladora pieza del rompecabezas.