Donald Trump afirmó que el T-MEC fue efectivo pero advirtió que podría renegociarse en 2026, al no haberse cumplido completamente por todas las partes.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su postura respecto al futuro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), al señalar que, aunque no está “muerto”, su vigencia podría estar en duda. Durante una reunión celebrada en la Casa Blanca con el primer ministro canadiense Mark Carney, Trump subrayó que el acuerdo ha sido efectivo, pero que no se ha respetado por completo, lo que podría derivar en una renegociación.
Cuestionado sobre si el tratado comercial había llegado a su fin, el mandatario negó que esté concluido, aunque sí reconoció que su aplicación no ha sido plena. “Ha sido muy eficaz, pero la gente tiene que seguirlo”, expresó desde la Oficina Oval. Añadió que este fue un paso positivo frente al anterior Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), al que calificó como “el peor acuerdo comercial” en la historia de Estados Unidos.
Trump recordó que el T-MEC, que entró en vigor en 2020, fue concebido como una transición para sustituir al TLCAN y que su revisión obligatoria se aproxima en 2026, como estipula el acuerdo. En ese año, los tres países deberán evaluar si desean extender su vigencia hasta 2036, o bien, abrir la puerta a modificaciones o su terminación.
Sin embargo, el mandatario estadounidense fue más allá al declarar que aún no está seguro de que el tratado sea necesario en la actualidad. “Cumplió una muy buena función, y la principal fue que eliminamos el TLCAN”, dijo. Su declaración abre la posibilidad de que la administración estadounidense no opte por una renovación automática, y que busque introducir cambios significativos al acuerdo comercial trilateral.
El artículo 34.7 del T-MEC estipula que la vigencia de 16 años podrá extenderse por un nuevo periodo igual si las tres partes confirman su deseo de continuar con el acuerdo tras la revisión del sexto año. No obstante, las recientes tensiones comerciales han generado incertidumbre. Las decisiones unilaterales de Trump, como la imposición de aranceles del 25% a productos mexicanos y canadienses que no están cubiertos por el tratado, han provocado fricciones y dudas sobre el futuro del acuerdo.
Estas declaraciones se dan en un contexto en el que el T-MEC ha sido considerado por varios analistas como un instrumento clave para mantener la competitividad y estabilidad económica en América del Norte. No obstante, la postura de Trump sugiere que su continuidad dependerá no solo de la evaluación técnica de su desempeño, sino también del clima político y comercial entre los tres países.