Everest cobró su primera víctima de 2025: un alpinista filipino que murió en la “Zona de la Muerte” mientras realizaba una expedición para apoyar la lucha contra el cáncer infantil.

El Monte Everest, conocido por sus condiciones extremas y desafíos letales, registró su primera víctima mortal del año 2025. Las autoridades de Nepal confirmaron el fallecimiento del alpinista filipino Philipp Santiago, quien murió en el Campamento IV, ubicado a unos siete mil 950 metros sobre el nivel del mar, en la zona conocida como la “Zona de la Muerte”.
Santiago, un ingeniero de profesión con una gran pasión por el alpinismo, emprendió esta peligrosa expedición como parte de una campaña para crear conciencia sobre la lucha contra el cáncer infantil. Su objetivo era alcanzar la cima del mundo llevando consigo un mensaje de esperanza y solidaridad, sin embargo, el reto extremo del ascenso terminó en tragedia.
El pasado 14 de mayo, Santiago llegó al Campamento IV, donde según testigos, se le notaba visiblemente exhausto por las severas condiciones del entorno. La falta de oxígeno, las temperaturas extremas y el desgaste físico resultaron ser demasiado. Pocas horas después de su arribo, falleció en ese mismo lugar.
El Campamento IV es una de las últimas paradas antes de la cima del Everest, y está situado dentro de la llamada “Zona de la Muerte”, denominada así por la peligrosidad del ambiente, donde la presión atmosférica es tan baja que el cuerpo humano no puede aclimatarse por completo, aumentando los riesgos de colapso físico y muerte súbita.
Las autoridades de Nepal han informado que el cuerpo de Santiago permanece aún en el lugar debido a las complicadas condiciones climáticas y geográficas que dificultan cualquier intento de recuperación inmediata. En casos como este, la prioridad es la seguridad de los rescatistas, quienes solo actúan si existen garantías mínimas de estabilidad.
El trágico fallecimiento de Philipp Santiago marca el inicio de la temporada de ascensos 2025 con un sombrío recordatorio de los peligros que implica desafiar la cima más alta del planeta, incluso cuando se hace con los fines más nobles.