NOAA advierte: temporada de huracanes será más activa de lo normal

La NOAA pronostica hasta 19 ciclones con nombre este año en el Atlántico, incluidos huracanes de gran intensidad, pese a una capacidad reducida de predicción por recortes federales.

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La temporada de huracanes del Atlántico de 2025 podría ser más activa de lo normal, según el pronóstico emitido por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA). En su informe publicado este jueves, la agencia anticipa entre 13 y 19 ciclones tropicales con nombre entre junio y noviembre, superando el promedio histórico de 14. De ellos, entre seis y diez podrían convertirse en huracanes, incluidos hasta cinco de gran intensidad, es decir, de categoría 3 o superior.

Ken Graham, director del Servicio Nacional de Meteorología de la NOAA, y Matthew Rosencrans, principal pronosticador de la temporada, coincidieron en que la actividad proyectada es significativa. Rosencrans destacó que prever hasta seis huracanes mayores “sería una cantidad increíble”, recordando que solo en 2017 y 2020 las previsiones de mayo fallaron debido a una actividad aún mayor de la esperada.

El anuncio se realizó desde Nueva Orleans, una ciudad profundamente marcada por el huracán Katrina en 2005. Sin embargo, el contexto institucional de esta temporada genera inquietudes adicionales. La NOAA y su agencia matriz han perdido cientos de empleados recientemente por jubilaciones y despidos forzados, como parte del programa de recortes federales impulsado por la administración de Donald Trump. Esto ha debilitado la infraestructura para recopilar datos meteorológicos clave, como los lanzamientos de globos atmosféricos, fundamentales para alimentar los modelos de predicción.

Expertos como James Franklin, exmeteorólogo del Centro Nacional de Huracanes, y Phil Klotzbach, investigador de la Universidad Estatal de Colorado, han advertido que incluso una pérdida mínima de datos podría afectar seriamente la precisión de las previsiones. Aunque aún no se sabe con certeza si los recortes han impactado los modelos, el riesgo es latente.

Además del debilitamiento institucional, el cambio climático sigue siendo un factor de fondo. Aunque la cantidad total de ciclones tropicales no haya aumentado significativamente, los científicos coinciden en que los huracanes se están volviendo más potentes. Las cifras respaldan esta tendencia: Estados Unidos ha enfrentado huracanes de categoría 4 o 5 en seis de los últimos ocho años, una frecuencia sin precedentes en registros que datan de 1851.

La NOAA estima un 60% de probabilidades de una temporada por encima de lo normal, un 30% de que sea cercana al promedio y solo un 10% de que sea inferior. La preocupación es que la configuración actual podría asemejarse a la de 2017, cuando Harvey, Irma y María devastaron comunidades enteras. Ese año, la temporada terminó con 17 ciclones con nombre, superando el máximo de la previsión inicial.

La lista de nombres para 2025 incluye 21 entradas, desde Andrea hasta Wendy. Si se agotan, se usará una lista suplementaria, algo que solo ha ocurrido dos veces antes. Uno de esos años fue precisamente 2005, el año de Katrina.

Además, la NOAA ha cerrado recientemente una base de datos clave sobre desastres de alto costo dirigida por el experto Adam Smith, quien señaló que seis de los últimos ocho años han registrado huracanes catastróficos que tocaron tierra. En 2024, los huracanes Helene y Milton causaron daños superiores a los 100 mil millones de dólares, representando más de la mitad de las pérdidas registradas por el gobierno federal.

Con un sistema debilitado de pronóstico y un entorno climático más extremo, el inicio de la temporada de huracanes se perfila con alta incertidumbre y riesgo. Las autoridades meteorológicas insisten en que la preparación temprana será clave para enfrentar una temporada que ya amenaza con ser una de las más complejas de los últimos años.

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