Una huella dactilar de un neandertal en una piedra de hace 43.000 años, hallada en Segovia, confirma su pensamiento simbólico y es el arte mobiliar más antiguo de Europa.

Un equipo multidisciplinario de investigadores en España ha realizado un hallazgo extraordinario: la huella dactilar más antigua conocida hasta la fecha, impresa de forma intencionada por un neandertal hace 43.000 años. La marca fue encontrada en un canto rodado de granito durante excavaciones en el yacimiento del Abrigo de San Lázaro, en Segovia, un sitio que albergó a los últimos neandertales de la Península Ibérica y posiblemente del mundo.
El hallazgo no solo proporciona evidencia arqueológica sin precedentes, sino que representa una muestra de pensamiento simbólico entre los neandertales. La piedra, transportada hasta la cueva por uno de estos antiguos habitantes, posee una forma elipsoidal con muescas naturales que recuerdan a un rostro humano. Lo más llamativo es un punto circular de ocre rojo, hecho con arcilla y óxidos de hierro, colocado precisamente donde se encontraría la nariz, dejando impresa una huella dactilar humana.
Según los análisis científicos, esta huella pertenece al dedo índice derecho de un joven neandertal varón de entre 18 y 25 años. A diferencia de otras marcas encontradas anteriormente, como una parcial en Alemania, esta fue realizada de manera deliberada, lo que refuerza la teoría de que los neandertales eran capaces de crear arte abstracto.
El análisis técnico incluyó pruebas avanzadas como fluorescencia de rayos X, escaneos 3D, microscopía electrónica de barrido y estudios multiespectrales, realizados por instituciones como la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Salamanca, el IGME-CSIC y la Policía Científica. Todos confirmaron la antigüedad del objeto y su naturaleza simbólica.
Los investigadores plantean que el neandertal probablemente encontró la piedra en un río, percibió en ella una forma facial y decidió decorarla con ocre, dotándola de un valor simbólico o ritual. Este tipo de conducta revela una complejidad cognitiva mayor de la que se atribuía comúnmente a los neandertales, quienes fueron considerados durante mucho tiempo como carentes de habilidades artísticas o de abstracción.
El estudio, publicado en la revista Archaeological and Anthropological Sciences, sostiene que este guijarro no tenía uso funcional como herramienta, lo que refuerza su carácter artístico. Los autores afirman que para realizar esta intervención fueron necesarios procesos mentales como la imaginación visual, la intención comunicativa y la atribución de significado, características esenciales del simbolismo prehistórico.
En homenaje a un hecho histórico del ciclismo español, el equipo ha bautizado la piedra como “Perico”, en honor a Pedro Delgado, quien ganó una etapa decisiva del Tour de Francia el 14 de julio de 1988, curiosamente la misma fecha del hallazgo en 2022.
Este descubrimiento no solo modifica nuestra comprensión sobre las capacidades simbólicas de los neandertales, sino que también marca un hito en la historia del arte y de la humanidad.