Un modelo de IA llamado “Enoch” redefine la antigüedad de los manuscritos del mar Muerto

La inteligencia artificial, combinada con radiocarbono, sitúa algunos manuscritos bíblicos hasta un siglo antes de lo que se creía.

manuscritos

Un equipo internacional de científicos ha logrado reescribir parte de la historia antigua gracias al uso combinado de inteligencia artificial y datación por carbono-14. En un nuevo estudio publicado en la revista PLOS One, los investigadores concluyeron que varios manuscritos del mar Muerto podrían ser entre 50 y 100 años más antiguos de lo que se pensaba, situando algunos incluso a finales del siglo IV a.C. Esta revelación modifica sustancialmente el marco cronológico de estos textos fundamentales para el judaísmo y el cristianismo temprano.

Los manuscritos del mar Muerto, hallados en 1947 por pastores beduinos en el desierto de Judea, incluyen más de mil textos, de los cuales unos 200 son copias antiguas del Antiguo Testamento. Estas piezas arqueológicas han sido cruciales para comprender la evolución del pensamiento religioso, así como las prácticas culturales y lingüísticas de la época. Sin embargo, casi ninguno de ellos posee una fecha inscrita, lo que obligaba a los expertos a basarse en métodos paleográficos y análisis de carbono realizados décadas atrás.

El nuevo estudio corrigió errores de dataciones anteriores al identificar la contaminación de aceite de ricino, un producto moderno que distorsionaba los resultados de carbono-14. Tras aplicar técnicas modernas de datación a 30 manuscritos, los investigadores usaron las imágenes de alta resolución de estos documentos para entrenar un modelo de inteligencia artificial llamado “Enoch”, en honor al personaje bíblico. La IA demostró ser notablemente precisa: acertó la fecha en el 85% de los casos y, en algunos, ofreció rangos más estrechos que los del propio carbono-14.

Una vez entrenado, Enoch fue aplicado al análisis de 135 manuscritos no fechados previamente con carbono. De ellos, el 79% arrojó resultados considerados realistas por expertos en paleografía. Por ejemplo, un manuscrito del Libro de Daniel fue reubicado cronológicamente más cerca del tiempo de su autor, mientras que otro del Eclesiastés, antes fechado entre 175 y 125 a.C., ahora se estima entre 300 y 240 a.C.

La ventaja de Enoch no es solo su precisión, sino también su carácter no destructivo. A diferencia del carbono-14, que requiere cortar y destruir una pequeña parte del pergamino, Enoch trabaja únicamente con imágenes. Esto podría marcar el inicio de una nueva era en la datación de manuscritos antiguos sin dañar estos valiosos artefactos.

Expertos ajenos al estudio, como Charlotte Hempel de la Universidad de Birmingham, destacaron el potencial del modelo al ofrecer rangos de datación más precisos, mientras que otros, como Brent Seales de la Universidad de Kentucky, elogiaron el enfoque pero recordaron que aún es pronto para sustituir completamente la datación por carbono.

El equipo espera seguir perfeccionando a Enoch y aplicarlo a textos antiguos en griego, árabe, siríaco y latín. De tener éxito, este avance podría revolucionar la cronología de documentos clave de la historia de la humanidad.

614  Chihuahua sin Filtros

X