Donald Trump anunció su intención de implementar la pena de muerte para criminales violentos tan pronto como asuma la presidencia, en respuesta a la reciente conmutación de penas de Joe Biden. Durante su primer mandato, Trump levantó la moratoria sobre ejecuciones federales, registrando el mayor número de ejecuciones en más de un siglo.

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, declaró este martes su intención de instruir al Departamento de Justicia para que «persiga de manera vigorosa» la pena de muerte como medida para proteger a los estadounidenses de «violadores violentos, asesinos y monstruos».
«Tan pronto como asuma el cargo, ordenaré al Departamento de Justicia que aplique enérgicamente la pena de muerte para salvaguardar a las familias y a los niños estadounidenses de estos criminales», afirmó Trump en su red social Truth Social. «¡Volveremos a ser una nación de ley y orden!», agregó.
Esta declaración se produce un día después de que el presidente saliente, Joe Biden, conmutara las penas de muerte de 37 de los 40 presos federales condenados, transformando sus sentencias en cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Durante su campaña electoral, Trump abogó por la pena de muerte como castigo para migrantes que asesinen a ciudadanos estadounidenses, así como para traficantes de drogas y personas. En su primer mandato (2017-2021), Estados Unidos levantó una moratoria sobre las ejecuciones federales que había estado vigente desde 2003. En los últimos seis meses de su administración, se llevaron a cabo 13 ejecuciones federales, el número más alto en 120 años.
La última ejecución se realizó mediante inyección letal en una prisión de Indiana, apenas cuatro días antes de que Trump dejara la Casa Blanca. Actualmente, la pena de muerte ha sido abolida en 23 de los 50 estados del país, y en otros seis estados (Arizona, California, Ohio, Oregón, Pensilvania y Tennessee) se mantiene una moratoria.
En 2024, se registraron 25 ejecuciones en Estados Unidos, todas ellas en el ámbito estatal.