Comunidad de Guayaquil Exige Justicia tras Asesinato de Niños

Familiares y amigos despiden a cuatro niños asesinados por militares en Guayaquil. La tragedia ha desatado un clamor por justicia y una profunda indignación en la comunidad.

En un emotivo funeral en Guayaquil, familiares y amigos se reunieron para despedir a los cuatro niños asesinados por una patrulla militar. La tragedia comenzó el 8 de diciembre, cuando Nehemías Arboleda, de 15 años, junto con Steven, Ismael y Josué, fueron secuestrados por soldados que no estaban en un operativo oficial. Las cámaras de videovigilancia registraron cómo los militares capturaron a los menores sin resistencia y los llevaron en la parte trasera de una camioneta.

Los cuerpos de los niños fueron encontrados el 24 de diciembre en un pantano de Taura, lo que desató una ola de dolor y rabia en su comunidad. Durante el funeral, la madre de Nehemías, visiblemente afectada, fue sostenida por quienes la rodeaban mientras luchaba por contener su dolor. A su lado, los féretros de los menores, cargados por familiares y amigos, atravesaron un barrio marcado por la pobreza y la lucha diaria.

La multitud, vestida de blanco y negro, marchó hacia la sala comunal del barrio Las Malvinas, donde el lamento se convirtió en grito de justicia. Los asistentes, con flores y pancartas, clamaban por el reconocimiento de la brutalidad que sufrieron los niños. Músicos locales, tocando instrumentos tradicionales, acompañaron el cortejo con melodías que resonaban como un canto de protesta: “El pueblo afrodescendiente está con mucho dolor, han matado a sus niños”.

Luis Arroyo, padre de Ismael y Josué, llevaba consigo las medallas de fútbol de sus hijos, recordando su pasión por el deporte. Su desgarrador grito de desesperación resonó entre la multitud: “¡Mis hijos!”. La comunidad, unida en el duelo, no solo llora la pérdida, sino que también exige justicia y responsabiliza a los militares por este acto atroz.

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