Tras el asesinato de los hermanos Sarmiento Ruiz en Culiacán, miles marcharon exigiendo justicia y la destitución del gobernador Rubén Rocha Moya, señalando su inacción ante la violencia en Sinaloa.

El estado de Sinaloa enfrenta una de sus peores crisis sociales tras el asesinato de los hermanos Gael y Alexander Sarmiento Ruiz, quienes, junto a su padre, fueron brutalmente asesinados durante un violento despojo vehicular en Culiacán. Este trágico hecho, atribuido a la pugna entre grupos criminales, desató una ola de indignación en la sociedad sinaloense, que reclama justicia y exige la renuncia del gobernador Rubén Rocha Moya por su presunta falta de liderazgo e inacción ante la creciente violencia en la entidad.
El lunes 20 de enero, miles de ciudadanos vestidos de blanco marcharon desde la escuela de los menores asesinados hasta el Palacio de Gobierno en Culiacán, portando pancartas, globos y velas. Los gritos de “¡Con los niños no!” y “¡No más violencia!” resonaron en las calles, mientras los manifestantes expresaban su dolor y rabia por la inseguridad que ha cobrado la vida de los pequeños.
La protesta alcanzó su punto más álgido cuando una parte de los manifestantes irrumpió en el tercer piso del Palacio de Gobierno, exigiendo la destitución de Rocha Moya. Su ausencia en el recinto fue duramente criticada, interpretándose como una muestra de insensibilidad frente a una tragedia que tiene enlutada a la sociedad.
El asesinato de los niños y su padre refleja la violencia cotidiana derivada del crimen organizado en la región. Testimonios indican que la familia fue emboscada por hombres armados que buscaban robarles el vehículo en el que viajaban. Este hecho ocurre en el contexto de una lucha interna entre facciones del cártel de Sinaloa, lo que ha intensificado los enfrentamientos y aumentado el número de víctimas inocentes.
Durante la manifestación, los ciudadanos exigieron no solo justicia para los hermanos Sarmiento Ruiz, sino también medidas concretas para frenar la violencia y garantizar la seguridad. La sociedad, cansada de promesas incumplidas, reclama un cambio inmediato y acciones contundentes para devolver la paz a Sinaloa.