En el centro de la ciudad, franeleros siguen operando sin control, apartando espacios públicos y exigiendo pagos a automovilistas. Ciudadanos denuncian amenazas y daños a vehículos.

El problema de los franeleros continúa en el primer cuadro de la ciudad, donde estos individuos han convertido las calles en su territorio, cobrando a los automovilistas por estacionarse en la vía pública. Su presencia genera molestia y preocupación entre conductores y peatones, quienes denuncian extorsiones, amenazas y hasta daños a vehículos por negarse a pagar.
Las zonas más afectadas incluyen la calle Allende, entre la Treceava y la 27, así como calles aledañas a las oficinas del Infonavit y los estacionamientos del Gobierno del Estado. En estos puntos, los franeleros apartan lugares con objetos o simplemente exigen una cuota a quienes buscan estacionarse, sin ningún tipo de regulación oficial.
Aunque en su momento se propuso realizar un censo para otorgar identificaciones a quienes desempeñaran esta labor, muchos franeleros operan sin registrarse, lo que dificulta su control. Además, algunos han sido señalados por ciudadanos de cometer robos o causar daños a los autos de quienes se niegan a pagar.
Los intentos de las autoridades para erradicar este problema no han dado resultados. A pesar de operativos y advertencias, los franeleros siguen adueñándose del espacio público. Ante la falta de soluciones efectivas, los residentes piden mayor vigilancia y medidas concretas para recuperar el orden en las calles del centro.