En Tiflis, Georgia, estallaron protestas pro-europeas contra el gobierno, resultando en enfrentamientos con la policía, que utilizó balas de caucho y gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes.

En Tiflis, la capital de Georgia, se desataron enfrentamientos entre manifestantes pro-europeos y la policía, que recurrió a balas de caucho, gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar a la multitud. Esta protesta, que se lleva a cabo por tercera noche consecutiva, surge como respuesta a la decisión del gobierno de posponer las negociaciones para adherirse a la Unión Europea (UE) hasta 2028.
La crisis en el país se intensificó tras las elecciones legislativas de octubre, donde el partido gobernante, Sueño Georgiano, fue acusado de fraude electoral por la oposición y la presidenta proeuropea, Salomé Zurabishvili. La tensión aumentó cuando el gobierno, señalado por su inclinación hacia Rusia, anunció que la adhesión a la UE podría retrasarse hasta 2030.
Desde el jueves, las manifestaciones han proliferado en Tiflis y otras ciudades, resultando en más de 100 arrestos por desobediencia y vandalismo. La policía reportó que varios de sus agentes resultaron heridos durante los enfrentamientos, mientras que los manifestantes respondieron lanzando objetos y encendiendo bengalas.
La presidenta Zurabishvili, aunque con poderes limitados, expresó su apoyo a los manifestantes y afirmó que no renunciará hasta que se convoquen nuevas elecciones legislativas. Desde el extranjero, líderes de Francia, Ucrania y el Consejo de Europa han instado a la moderación y al respeto del derecho a protestar pacíficamente.