Autoridades estadounidenses decomisaron más de 300 kilos de cocaína y metanfetamina en dos operativos en Texas y California, con un valor estimado de 134 millones de pesos.

Agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) realizaron dos importantes operativos antidrogas que impidieron el ingreso de más de 300 kilos de narcóticos a Estados Unidos, procedentes de México. La primera incautación ocurrió el pasado 5 de marzo en la frontera entre Texas y Tamaulipas, donde se aseguraron 213.5 kilos de cocaína con un valor estimado de 125 millones 619 mil pesos.
El cargamento iba oculto en un camión con remolque comercial que transportaba rollos de plástico desde Reynosa, Tamaulipas. Durante la inspección no intrusiva con tecnología de rayos X y el apoyo de un equipo canino, los agentes encontraron 150 paquetes con polvo blanco que, tras pruebas de laboratorio, fueron identificados como cocaína. Tanto la droga como el conductor del camión fueron puestos a disposición de las autoridades para iniciar las investigaciones correspondientes.
Carlos Rodríguez, director del Puerto de Entrada Hidalgo/Pharr/Anzalduas, destacó que este aseguramiento demuestra la efectividad de la tecnología y la experiencia de los oficiales para evitar que los narcóticos lleguen a las calles estadounidenses.
En otro operativo, agentes de la Patrulla Fronteriza en California aseguraron 89.8 kilos de metanfetamina valorados en 8 millones 839 mil pesos. La droga era transportada en una camioneta que circulaba cerca de la frontera entre California y Tijuana. Los paquetes, envueltos en papel aluminio, fueron descubiertos gracias a una inspección de rutina.
Jeffrey D. Stalnaker, jefe interino de la Patrulla Fronteriza del Sector San Diego, informó que, en lo que va del año fiscal, se han decomisado 156.4 kilos de metanfetamina, 8.6 kilos de heroína y 71.2 kilos de fentanilo, como parte de los esfuerzos para combatir el tráfico de drogas en la frontera.
Los operativos reflejan la colaboración entre las autoridades estadounidenses para frenar el flujo de narcóticos provenientes de México, en medio de una creciente crisis por el tráfico de drogas en la región fronteriza.