El Departamento de Estado de EE.UU. UU. Planea cerrar varias misiones diplomáticas, incluidos consulados, y reducir personal en el extranjero. Esto podría afectar la seguridad nacional y la diplomacia del país, en medio de la creciente influencia global de China.

Funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos han propuesto cerrar una decena de consulados en el extranjero antes del verano de 2025, como parte de una política más amplia de recortes y reestructuración de la diplomacia estadounidense. Los cierres están impulsados por el enfoque «América Primero» del presidente Donald Trump, que incluye una disminución en la asistencia internacional y una reducción de recursos destinados a diplomacia y seguridad.
Entre las medidas planificadas, se incluyen recortes significativos en el personal extranjero, incluidos los empleados locales que componen la mayor parte de la fuerza laboral en las misiones. Estos trabajadores tienen un conocimiento fundamental de las regiones en las que sirven y desempeñan un papel crucial en la recopilación de información y el establecimiento de relaciones con gobiernos locales.
El cierre de consulados y embajadas tendría un impacto negativo en las capacidades de recolección de inteligencia y seguridad nacional de EE.UU. UU. La Agencia Central de Inteligencia (CIA) está particularmente preocupada, ya que gran parte de sus operaciones encubiertas se realizan bajo el disfraz de diplomáticos en estos puestos. Además, la presencia diplomática de EE.UU. UU. ya está siendo superada por China, que ha incrementado sus misiones diplomáticas globalmente, especialmente en Asia y África.
Este panorama ocurre en un contexto de deserciones dentro del Departamento de Estado, con cientos de empleados, incluidos diplomáticos de carrera, presentando su renuncia. Las medidas de recorte también se suman a la congelación de contrataciones y los despidos de personal en otras áreas como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
El equipo encargado de los recortes, liderado por Elon Musk, se ha infiltrado en varias agencias gubernamentales para identificar y reducir el «despilfarro». Además de los recortes de personal, el Departamento de Estado evalúa una posible fusión de oficinas y departamentos dentro de la agencia para optimizar recursos.
Este proceso de reestructuración podría transformar de manera significativa la diplomacia y las operaciones de EE.UU. UU. en el mundo, en un momento en el que las relaciones internacionales y la seguridad global enfrentan retos complejos, con China ganando terreno como líder diplomático.