Los problemas en X, Tesla y SpaceX han intensificado las críticas hacia Elon Musk, quien enfrenta dudas sobre su liderazgo mientras asesora a Donald Trump en recortes gubernamentales.

Elon Musk se encuentra en el centro de la controversia tras una jornada marcada por problemas en sus empresas clave. El lunes, X, la plataforma antes conocida como Twitter, experimentó fallos masivos que afectarán a miles de usuarios en todo el mundo. Al mismo tiempo, las acciones de Tesla sufrieron una fuerte caída de más del 15 %, en medio de preocupaciones por la baja demanda de vehículos eléctricos y protestas en concesionarios de la compañía. Además, SpaceX se enfrentó a un revés significativo la semana pasada cuando uno de sus cohetes explotó durante su lanzamiento en Florida, esparciendo escombros en varias zonas.
La crisis ha avivado las críticas sobre la capacidad de Musk para dirigir simultáneamente sus diversas empresas, especialmente ahora que dedica parte de su tiempo a asesorar al presidente Donald Trump en una ambiciosa campaña de recortes gubernamentales. Esta iniciativa, denominada Departamento de Eficiencia Gubernamental, ha resultado en la eliminación de millas de empleos y contratos estatales, lo que ha generado un intenso debate. Sin embargo, la participación de Musk en el gobierno ha sido objeto de escrutinio luego de una tensa reunión en la que Trump limitó su poder de asesoramiento dentro del gabinete.
Los efectos de estos acontecimientos han sido particularmente notorios en Tesla, donde las protestas han escalado en distintos puntos del país. En Oregón, un concesionario fue blanco de un tiroteo, mientras que en Boston se registraron incendios en estaciones de carga de la marca. En Nueva York, manifestantes fueron detenidos durante una protesta pacífica frente a un concesionario en Manhattan. Paralelamente, un informe reciente reveló que las ventas de Tesla en Alemania se desplomaron un 76 % en febrero en comparación con el año anterior, lo que ha sembrado preocupación en el mercado europeo.
En el caso de X, la plataforma sufrió cortes intermitentes a lo largo del lunes, con picos de fallas registrados a las 6, 10 y 11 de la mañana, según datos de Downdetector. Miles de usuarios reportaron problemas de acceso tanto en la aplicación como en la versión web. En respuesta, Musk afirmó sin pruebas que la interrupción fue causada por un ciberataque masivo con direcciones IP procedentes de Ucrania. Sin embargo, un grupo de hackers llamado Dark Storm se atribuyó la responsabilidad a través de un mensaje en la aplicación Telegram, aunque no se ha podido verificar la autenticidad de la afirmación.
Esta no es la primera vez que Musk culpa a supuestos ataques cibernéticos sin aportar evidencia. En el pasado, atribuyó fallos técnicos durante una conversación en vivo con Trump en X a interferencias externas. El lunes, también sugirió que las protestas contra Tesla fueron orquestadas por donantes del Partido Demócrata, nuevamente sin ofrecer pruebas.
Mientras tanto, SpaceX sigue lidiando con las consecuencias de la reciente explosión de su cohete, un recordatorio de los riesgos de la exploración espacial y de los desafíos que enfrenta la compañía. A pesar de los contratiempos, Musk se ha limitado a minimizar la situación con comentarios como “Los cohetes son difíciles”.
Las crecientes dificultades en sus empresas han llevado a analistas e inversores a cuestionar si Musk está demasiado distraído con sus actividades políticas como para mantener un liderazgo efectivo. A medida que su imperio enfrenta problemas simultáneos en diversos frentes, la presión sobre el empresario se intensifica, dejando abierta la pregunta de si podrá equilibrar sus responsabilidades o si su sobrecarga de proyectos está comenzando a pasarle factura.