Un hombre de 32 años fue rescatado en Connecticut tras provocar un incendio para escapar de 20 años de cautiverio. Su madrastra fue arrestada por secuestro y crueldad. La víctima sufría desnutrición y abusos prolongados.

WATERBURY, Connecticut, EE.UU. — Las autoridades de Connecticut informaron este miércoles sobre el impactante caso de un hombre que fue rescatado tras haber estado en cautiverio durante más de 20 años. El hombre, de 32 años, confesó haber provocado un incendio en su habitación con la intención de ganar su libertad.
El hecho ocurrió el mes pasado en la ciudad de Waterbury, cuando los servicios de emergencia acudieron a un incendio en una vivienda. Al rescatar al hombre del segundo piso, se percataron de que estaba en un estado grave de desnutrición. Mientras recibía atención por inhalación de humo, el hombre reveló a las autoridades que él mismo inició el fuego para escapar de la situación en la que había vivido desde que tenía aproximadamente 11 años.
Las investigaciones confirmaron que la víctima había sido sometida a condiciones inhumanas, incluyendo abuso físico, desnutrición extrema y negligencia severa. Durante más de dos décadas, no había recibido atención médica ni dental, lo que agravó su estado de salud.
“El sufrimiento que esta víctima soportó durante más de 20 años es tanto desgarrador como inimaginable”, declaró el jefe de la policía de Waterbury, Fernando Spagnolo.
Tras conocer la denuncia del hombre, la policía detuvo a Kimberly Sullivan, de 56 años, quien fue identificada como su madrastra. Sullivan enfrenta cargos por secuestro, agresión, restricción ilegal, crueldad y conducta imprudente. Este miércoles compareció ante la corte, donde se le impuso una fianza de 300,000 dólares.
El abogado de la acusada, Ioannis Kaloidis, aseguró que su clienta está sorprendida por las acusaciones y las niega rotundamente. “Ella me indicó que no eran ciertas y que, a medida que obtengamos más información, presentaremos una defensa vigorosa”, expresó Kaloidis en una entrevista telefónica.
El caso sigue en investigación mientras se determina si había más personas en la casa y qué condiciones llevaron a la víctima a permanecer cautiva durante tantos años sin ser detectado por las autoridades o la comunidad.