Por primera vez, el telescopio James Webb ha capturado imágenes directas de dióxido de carbono en un planeta fuera del sistema solar, un hallazgo crucial para comprender la formación planetaria.

Paráfrasis extendida: Por primera vez en la historia de la astronomía, el telescopio espacial James Webb ha logrado captar imágenes directas de dióxido de carbono (CO2) en un planeta fuera de nuestro sistema solar. Este descubrimiento se realizó en el sistema HR 8799, un sistema multiplanetario situado a unos 130 años luz de la Tierra. HR 8799 ha sido un objetivo clave para los astrónomos que estudian la formación planetaria, y ahora, gracias al James Webb, se ha dado un paso importante para entender cómo se forman los planetas fuera de nuestro sistema solar.
Las imágenes obtenidas por el telescopio Webb revelaron la presencia de CO2 en la atmósfera de uno de los planetas en HR 8799, lo que proporciona evidencia de que este sistema contiene planetas gigantes que se formaron de manera similar a Júpiter y Saturno. La detección de dióxido de carbono sugiere que estos planetas contienen una cantidad significativa de elementos pesados, como carbono, oxígeno y hierro, lo que indica que se formaron por el proceso de acreción del núcleo, similar a los planetas de nuestro sistema solar.
Además de esta importante observación, el James Webb también demostró su capacidad para analizar directamente la composición atmosférica de los planetas, algo que hasta ahora se había logrado solo mediante observaciones indirectas. El telescopio utilizó coronógrafos para bloquear la luz de las estrellas cercanas y poder observar la luz infrarroja emitida por los planetas, lo que permitió detectar gases específicos, como el dióxido de carbono.
Este hallazgo abre nuevas posibilidades para el estudio de otros sistemas planetarios. El equipo de investigadores también analizó el exoplaneta 51 Eridani b, un planeta joven y frío situado a 96 años luz, lo que demuestra la versatilidad y sensibilidad del telescopio Webb. Estas observaciones son esenciales para poder distinguir entre diferentes tipos de objetos que orbitan alrededor de otras estrellas, como enanas marrones o planetas gigantes.
La capacidad de Webb para captar imágenes en longitudes de onda específicas, que antes solo eran accesibles con este telescopio, marca un avance significativo en el estudio de la atmósfera de los exoplanetas. Estos descubrimientos son cruciales para entender mejor cómo se forman los planetas en sistemas como HR 8799 y, en última instancia, para comprender nuestro propio sistema solar y la vida en el universo.