Un grupo de instructores de Fuerzas Especiales de EE. UU. entrenará a sus homólogos mexicanos en Chihuahua y Estado de México, fortaleciendo la cooperación militar entre ambos países.

Un grupo de once instructores de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos llegará a México para llevar a cabo un programa de entrenamiento conjunto con sus contrapartes mexicanas. Este importante evento se desarrollará en dos ubicaciones clave: Santa Gertrudis, en el estado de Chihuahua, y Temamatla, en el Estado de México.
El Senado mexicano aprobó recientemente un decreto que autoriza el ingreso de esta delegación militar estadounidense al país. Los instructores pertenecen al 7/o Grupo de Fuerzas Especiales del Comando Norte de EE. UU. y participarán en la iniciativa denominada “Fortalecer la Capacidad de las Fuerzas de Operaciones Especiales de la Secretaría de Defensa Nacional”.
Los entrenamientos están programados para realizarse en:
- Temamatla, Estado de México: Del 27 de enero al 23 de marzo de 2025.
- Santa Gertrudis, Chihuahua: Del 24 al 27 de marzo de 2025.
Este tipo de colaboración no es un hecho aislado; en años anteriores, las Fuerzas Armadas de México y Estados Unidos han llevado a cabo entrenamientos conjuntos, fortaleciendo así sus lazos en materia de seguridad y defensa.
Contexto de las Fuerzas Especiales
Las Fuerzas Especiales de Estados Unidos, conocidas como Special Operations Forces, incluyen diversas unidades de élite de las ramas militares, como el Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y los Marines. Estas fuerzas se especializan en operaciones encubiertas, contraterrorismo, rescate de rehenes y misiones de reconocimiento.
Por su parte, México también cuenta con unidades de Fuerzas Especiales, como el Cuerpo de Fuerzas Especiales (CFES) del Ejército y la Unidad de Operaciones Especiales (UNOPES) de la Marina. Estas unidades están altamente capacitadas para enfrentar desafíos complejos, incluyendo la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico, así como la protección de instalaciones estratégicas.
La llegada de los instructores estadounidenses representa un paso significativo en la cooperación militar entre ambos países, en un contexto donde la seguridad es una prioridad compartida.