Cada 21 de marzo se celebra el Día Mundial del Síndrome de Down, una fecha establecida por la ONU en 2012 para generar conciencia sobre la inclusión y la igualdad, promoviendo la eliminación de estereotipos.

El 21 de marzo se conmemora en todo el mundo el Día Mundial del Síndrome de Down, una jornada dedicada a concienciar sobre la importancia de la inclusión y el respeto hacia las personas con esta condición genética. La fecha fue establecida oficialmente en 2012 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, tras su aprobación en diciembre de 2011.
El motivo de la elección del 21 de marzo radica en la particularidad genética del síndrome de Down, el cual se produce por la presencia de una copia extra en el cromosoma 21, un fenómeno conocido como Trisomía 21. La simbología de la fecha (día 21 del mes 3) hace referencia a esta alteración cromosómica, subrayando la necesidad de comprensión y apoyo para quienes la presentan.
Contrario a lo que muchas personas creen, el síndrome de Down no es una enfermedad, sino una condición genética que provoca discapacidad intelectual en diversos grados. Pese a ello, quienes viven con esta condición pueden desarrollarse plenamente cuando cuentan con oportunidades adecuadas en términos de educación, empleo y vida social.
Cada año, la conmemoración de esta efeméride se centra en un mensaje específico para visibilizar los retos y derechos de las personas con síndrome de Down. En 2024, el lema elegido es «Acabar con los estereotipos», un llamado a eliminar ideas preconcebidas que afectan negativamente su integración en la sociedad. Los estereotipos, incluso cuando parecen inofensivos, pueden limitar sus oportunidades, generar discriminación y reforzar barreras innecesarias. Muchas veces, las personas con esta condición son tratadas como si no fueran capaces de tomar decisiones o se les infantiliza injustamente, lo que impide su autonomía y desarrollo personal.
A lo largo de los años, esta jornada ha servido para impulsar una mayor aceptación y equidad, promoviendo políticas públicas y programas que fomenten la inclusión. A través de la educación y la sensibilización, se busca que el mundo reconozca el valor y el potencial de cada persona con síndrome de Down, sin que su condición genética determine sus oportunidades en la vida.