Científicos estudian por qué algunas personas nunca tienen resaca

Resistentes a la resaca, así se conoce a quienes pueden beber grandes cantidades de alcohol sin sentir malestar al día siguiente. Científicos investigan si la genética y el sistema inmunológico son clave.

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Algunas personas pueden consumir grandes cantidades de alcohol sin experimentar resaca al día siguiente, un fenómeno que ha despertado la curiosidad de los científicos que buscan entender las razones detrás de esta aparente inmunidad. Individuos como Matthew Slater, de 34 años, aseguran que, sin importar cuánto beban, al día siguiente no presentan ningún síntoma de resaca, algo que muchos de sus amigos encuentran difícil de creer. Casos como el suyo han llevado a los investigadores a denominar a estas personas como «resistentes a la resaca».

Estudios han intentado cuantificar cuántas personas realmente pertenecen a este grupo, pero las investigaciones se enfrentan a un desafío: la resaca es un fenómeno subjetivo. Lo que para una persona puede ser un leve malestar, para otra puede ser una agonía insoportable. Sin embargo, en 2008, un estudio reveló que aproximadamente una cuarta parte de los participantes no experimentaban resaca, incluso tras consumir suficiente alcohol para elevar su nivel de intoxicación considerablemente. Esta cifra ha sido consistente en diversas investigaciones realizadas en estudiantes universitarios, cadetes marítimos y personas en tratamiento por consumo excesivo de alcohol.

La gran pregunta es por qué algunas personas parecen inmunes a los efectos del alcohol al día siguiente. Una de las principales hipótesis apunta a la genética, ya que el metabolismo del alcohol varía entre los individuos. Aquellos que lo procesan más rápidamente suelen sufrir resacas menos intensas o incluso no experimentarlas. Además, ciertos grupos étnicos, como las personas de ascendencia asiática oriental, tienden a presentar resacas más severas debido a la ausencia de una enzima clave en el proceso de procesamiento del alcohol.

Otra teoría sugiere que el sistema inmunológico influye en la intensidad de la resaca. El alcohol provoca inflamación en el cuerpo, lo que puede hacer que los síntomas se sientan similares a los de una enfermedad. Por ello, quienes tienen un sistema inmunológico más débil podrían ser más susceptibles a la resaca, mientras que los resistentes presentarían menos inflamación y, por ende, menos malestar. Además, estudios han identificado una relación entre la ansiedad y la gravedad de la resaca, indicando que quienes tienen niveles más altos de estrés pueden experimentar síntomas más intensos al día siguiente de beber.

A pesar de estos hallazgos, todavía hay muchas incógnitas por resolver. No se sabe con certeza si las personas más propensas a la resaca también son más vulnerables a otros efectos negativos del alcohol o si la resistencia a la resaca aumenta el riesgo de un consumo excesivo. Sin embargo, la investigación en este campo es limitada debido a la falta de financiamiento, por lo que muchas de estas preguntas siguen sin respuesta.

Mientras tanto, personas como Slater continúan despertando la curiosidad de quienes sufren los estragos de la resaca. Aunque disfruta de su resistencia, se pregunta si bebería menos si, como la mayoría, tendría que enfrentar las dolorosas consecuencias al día siguiente.

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