Festival de box con Óscar de la Hoya y Julio César Chávez animó la clase nacional de box en el Zócalo, donde se enfrentaron simbólicamente y enviaron mensajes contra las adicciones.

La Ciudad de México vivió una mañana vibrante este domingo con la realización de la clase nacional de box, un evento impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum, que reunió a miles de personas en la emblemática explanada del Zócalo capitalino. Lo que parecía una jornada deportiva común se convirtió en una celebración del boxeo mexicano con la inesperada presencia de dos leyendas del cuadrilátero: Julio César Chávez y Óscar de la Hoya.
Ambos excampeones mundiales se convirtieron en el centro de atención cuando, al concluir el mensaje oficial de Sheinbaum, se enfrentaron en un simulacro amistoso de combate frente a los asistentes. La escena generó emoción, nostalgia y ovaciones, reviviendo simbólicamente la histórica rivalidad que alguna vez los enfrentó en el ring.
Después del momento de camaradería, Chávez y De la Hoya se unieron a la clase, encabezándola por un tiempo y demostrando algunos de sus movimientos clásicos. La energía del público creció aún más al ver a estas dos figuras colaborar en un mismo espacio, no como adversarios, sino como promotores del deporte y de los buenos hábitos.
Antes de despedirse, Óscar de la Hoya destacó que el evento había logrado un récord de participación, aunque no se especificó de qué tipo. Aprovechó también para dirigirse al público con un mensaje contundente: invitó a los presentes, especialmente a los jóvenes, a mantenerse alejados de las adicciones y optar por el deporte como un camino de vida.
El evento no solo fue una muestra de destreza boxística y carisma por parte de las leyendas del deporte, sino también una plataforma para enviar un mensaje positivo a la sociedad mexicana.