El papa Francisco reaparece en público pese a su delicado estado de salud

El papa Francisco, convaleciente, sorprendió con una aparición en la Plaza de San Pedro, mostrando fortaleza y cercanía tras semanas de hospitalización.

Francisco

La mañana del domingo en el Vaticano se tornó inolvidable para cientos de fieles y trabajadores de la salud que participaban en el Jubileo de los Enfermos y los Agentes de la Salud, cuando el papa Francisco hizo una inesperada aparición pública. Aplausos y vítores estallaron en la Plaza de San Pedro mientras el pontífice, visiblemente afectado pero sereno, llegaba al estrado en silla de ruedas, empujada por su enfermero de confianza, Massimiliano Strappetti.

Fue su primera salida al público desde que abandonó el hospital hace dos semanas, luego de una larga hospitalización provocada por una neumonía severa y otros padecimientos. Aunque habló poco y con voz aún débil, la emoción fue palpable. “Feliz domingo a todos, muchas gracias”, dijo, con una cánula visible en su nariz, signo de que aún requiere oxígeno suplementario, según confirmó el Vaticano.

Francisco se desplazó entre los asistentes, saludando a médicos, enfermeros y pacientes que se habían congregado desde diversas partes del mundo. Su gesto, inesperado y emotivo, fue interpretado por muchos como una señal de su resiliencia y su inquebrantable compromiso con su rebaño. “Tiene espíritu de lucha y quiere estar presente”, comentó Lamberto Rosa, voluntario de la Orden de Malta.

La cercanía del papa con los fieles y su estilo espontáneo han sido constantes de su pontificado, y su presencia en la plaza —a pesar de su frágil estado de salud— reafirma su determinación de seguir en contacto directo con la gente, aun en momentos difíciles. Desde su suite en la residencia vaticana, ha continuado su recuperación con terapias motoras y respiratorias, informó la oficina de prensa del Vaticano.

Durante la misa, que fue presidida por el cardenal Rino Fisichella, se leyó una homilía escrita por el papa en la que expresaba su identificación con quienes sufren. “Tengo mucho en común con ustedes en este momento de mi vida”, escribió Francisco, destacando la vulnerabilidad, la dependencia de otros y la necesidad de apoyo como vivencias comunes con los enfermos. Reconoció también las dificultades de los trabajadores de la salud, agradeciéndoles por su entrega diaria y llamando a una mayor inversión en salud pública y en sistemas más inclusivos y accesibles para los más vulnerables.

Tras el acto religioso, el papa atravesó, como los demás peregrinos, la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, otro gesto cargado de simbolismo. El informe médico más reciente señala una evolución positiva en su tratamiento, con menor necesidad de oxígeno y señales de recuperación de la infección pulmonar.

El ambiente en la plaza fue de gratitud y esperanza. Muchos asistentes se mostraron conmovidos, como Massimiliano Porena, enfermero del hospital San Camilo, quien calificó la aparición del papa como “un acto de amor”. En cada saludo, en cada gesto, Francisco reafirmó su liderazgo espiritual y su compromiso con los que sufren, ofreciendo no solo palabras, sino presencia.

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