Aranceles del 25% impuestos por Trump a autos importados desde México podrían elevar costos, pero la industria automotriz mexicana sigue siendo más competitiva que la estadounidense.

La reciente imposición de aranceles del 25% por parte del gobierno de Donald Trump a los automóviles que no se producen dentro de Estados Unidos ha generado un intenso debate sobre sus posibles efectos en la industria automotriz mexicana. Aunque, en apariencia, estas tarifas podrían perjudicar a los fabricantes establecidos en México, los datos sugieren que la competitividad del país podría mantenerse e incluso fortalecerse.
Los aranceles, en vigor desde el 2 de abril de 2025, aún generan incertidumbre sobre su aplicación exacta: no está claro si se impondrán sobre el valor total de los vehículos, únicamente sobre el valor añadido fuera de Estados Unidos, o exclusivamente sobre el valor que no provenga de países del T-MEC. Esta ambigüedad complica la proyección de su impacto real.
A pesar de este panorama, México conserva importantes ventajas comparativas, especialmente en términos de costos de producción. De acuerdo con un análisis citado por El Financiero, basado en información del Peterson Institute for International Economics y del Instituto Cato, la mano de obra en México es entre 3.5 y 5 veces más barata que en Estados Unidos. Mientras que en el país vecino del norte el costo laboral promedio ronda los 20 dólares por hora, en México se mantiene alrededor de los 5.5 dólares. Además, el índice general de manufactura es más bajo en México (100) en comparación con el de Estados Unidos (133.5).
En cuanto al origen del valor agregado de los vehículos exportados desde México, se estima que un 56.8% proviene de componentes y procesos nacionales, un 32% de Estados Unidos, y el resto de países como Canadá, China y otras naciones. Esto significa que, incluso en un escenario desfavorable en el que el arancel se aplique al valor total del automóvil, los costos seguirían siendo más bajos que fabricar el mismo vehículo completamente en Estados Unidos.
De hecho, si el costo promedio actual de un auto mexicano exportado es de 17 mil 920 dólares, con el arancel del 25% este subiría a 22 mil 400 dólares. Aun así, esta cifra seguiría siendo entre 7% y 30% más baja que el costo de manufacturar un vehículo completamente en Estados Unidos, dependiendo de cómo se apliquen las tarifas.
En conclusión, aunque los aranceles elevan los costos de exportación, México sigue ofreciendo una alternativa eficiente y competitiva para la industria automotriz, gracias a su estructura de costos más favorable. Esto podría incluso incentivar una revisión estratégica de las cadenas de suministro y fortalecer el papel del país como hub clave en la producción de vehículos para el mercado norteamericano.