Armas, crimen y política se cruzan en el caso del alcalde Salvador Bastida; Fiscalía y SSP investigan el doble homicidio en Michoacán.
El alcalde de Tacámbaro, Michoacán, Salvador Bastida García, fue asesinado la medianoche del miércoles junto a uno de sus escoltas, en un ataque armado perpetrado por civiles no identificados. El atentado se registró cuando el edil, de filiación petista, llegaba a su domicilio en la colonia Centro, a bordo de una camioneta blanca, momento en que fue interceptado por los agresores que abrieron fuego contra él y su equipo de seguridad.
En el lugar de los hechos murió su escolta, identificado como Pastor Cortés Álvarez, mientras que Bastida García fue trasladado de emergencia al hospital María Zendejas, donde minutos después fue declarado sin vida. La Fiscalía General del Estado (FGE) de Michoacán confirmó que ya se encuentran realizando las investigaciones correspondientes para esclarecer el doble homicidio. Como parte de las diligencias, el cuerpo del alcalde fue trasladado al Servicio Médico Forense para la necropsia de ley.
El gobierno municipal de Tacámbaro confirmó el asesinato en sus redes sociales, externando su tristeza ante lo ocurrido y haciendo un llamado a la unidad, la calma y la solidaridad de la ciudadanía. En su mensaje, reafirmaron su compromiso con la paz y solicitaron apoyo de todas las instituciones pertinentes para garantizar que se haga justicia.
Por su parte, el gobierno de Michoacán condenó el crimen y anunció un operativo conjunto entre la Secretaría de Seguridad Pública y otras corporaciones estatales y federales. Según informaron, el objetivo es capturar a los responsables y asegurar la tranquilidad en la zona.
La tragedia ocurre mientras Bastida García era objeto de una investigación federal por presuntos vínculos con el Cártel Jalisco Nueva Generación. Autoridades señalaban que el edil había sostenido reuniones con miembros de esta organización criminal. Su administración ya había sido cuestionada anteriormente, tras revelarse que su primer tesorero, Raudel Campos Murillo, estaba involucrado en redes de trata de personas, lo que derivó en su renuncia en noviembre de 2024.
A pesar del entorno de violencia, las autoridades locales aseguran que Tacámbaro ha sido un municipio mayormente tranquilo. Sin embargo, este asesinato marca un grave retroceso en los esfuerzos de pacificación y pone sobre la mesa la urgente necesidad de reforzar los mecanismos de seguridad, protección a funcionarios públicos y combate a la corrupción y crimen organizado en Michoacán.
