Rusia ejecutó el ataque más mortal del año en Kiev con drones y misiles, dejando al menos 14 muertos y más de 100 heridos, mientras se intensifica la ofensiva militar.
La capital de Ucrania vivió una de sus noches más trágicas en casi un año tras un intenso ataque ruso con drones y misiles que dejó al menos 14 personas muertas, entre ellas un ciudadano estadounidense de 62 años, y más de 100 heridos. El ataque, ejecutado durante la madrugada del martes, ha sido calificado como el más letal contra Kiev en lo que va del año y forma parte de una creciente escalada militar por parte de Moscú.
El presidente ucraniano Volodímir Zelenski, desde la cumbre del G7 en Canadá, condenó la agresión y señaló que Vladimir Putin continúa la guerra porque nadie lo detiene. En su mensaje, lamentó que el mundo siga sin sancionar con firmeza los ataques rusos, calificando esa pasividad como «una vergüenza».
Durante el ataque, las sirenas antiaéreas sonaron por casi 10 horas en Kiev. El estruendo de los drones, las ráfagas de ametralladoras intentando derribarlos, y el zumbido de los misiles de defensa llenaron la noche, mientras los residentes se refugiaban en pasillos, estaciones del metro o sótanos.
Según la Fuerza Aérea ucraniana, se emplearon al menos 440 drones y señuelos, junto con 32 misiles que también apuntaron a otras ciudades como Odesa. Aunque las autoridades aseguran haber interceptado la mayoría, las cifras aún no han sido verificadas de forma independiente. El saldo mortal y la destrucción, en especial en zonas residenciales, evidencian que los ataques siguen cobrando numerosas víctimas civiles.
Uno de los puntos más afectados fue un edificio de departamentos de nueve plantas en las afueras del centro de Kiev, que quedó parcialmente derrumbado. Escenas conmovedoras se vivieron durante las labores de rescate, con personas extrayendo pertenencias entre los escombros, buscando a vecinos desaparecidos o esperando información sobre familiares heridos.
El testimonio de Evgeniy Povarenkov, cuya madre resultó herida en el ataque, refleja la desesperanza generalizada. «Nos están matando… y ahora Estados Unidos se ha negado a ayudar», expresó, tras rescatar a su madre y ver destruido su hogar.
Mientras tanto, las fuerzas rusas avanzan por el frente oriental del país y se estima que, solo en mayo, Moscú capturó más de 517 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano, el segundo mayor avance mensual desde 2022. Expertos afirman que Rusia está utilizando tácticas repetidas: saturar las defensas ucranianas con drones para luego lanzar misiles más difíciles de interceptar.
Este patrón ha provocado un aumento considerable de víctimas. La ONU reportó que, en los primeros cinco meses de 2025, las muertes y heridos civiles en Ucrania aumentaron un 50% en comparación con el mismo periodo de 2024. A pesar de los intentos de diálogo, no se vislumbra una solución cercana al conflicto.
La indignación se incrementa en Ucrania, tanto por la violencia rusa como por la percepción de abandono internacional. “Queremos paz”, dijo entre lágrimas Tetiana Pokholovich, una residente de Kiev cuyo hogar se salvó parcialmente. Su testimonio refleja el sentir de miles de ucranianos que, noche tras noche, viven bajo el terror de los bombardeos.
