Cese de Valentín en Dorados eleva a siete los managers despedidos en la LMB 2025

Valentín fue cesado como manager de Dorados, convirtiéndose en el séptimo en perder su puesto en la LMB 2025, en apenas el 31 % del calendario regular.

La Liga Mexicana de Beisbol (LMB) vive una temporada 2025 marcada por la inestabilidad en los banquillos. Con apenas el 31 % del calendario regular completado, ya son siete los managers que han perdido su puesto, reflejando una impaciencia que supera con creces la mostrada en años anteriores. Uno de los casos más recientes es el de José “Tony” Valentín, quien fue removido esta semana de la dirección técnica de los Dorados de Chihuahua tras obtener un balance de 11 victorias y 16 derrotas.

El despido de Valentín, quien llegó con experiencia en las Grandes Ligas como una apuesta internacional, fue anunciado con los tradicionales agradecimientos por su compromiso y profesionalismo. Sin embargo, el trasfondo deja ver algo más preocupante: una tendencia a cortar procesos deportivos al menor indicio de fracaso. En su lugar, Gerónimo Gil asumirá la dirección del equipo, en medio de una zona norte particularmente competitiva, y con la misión de cambiar el rumbo de manera inmediata.

Este fenómeno no es exclusivo de Dorados. En lo que va del año, la LMB ya ha superado el 35 % de despidos respecto al total de managers activos, una cifra que podría crecer significativamente si se mantiene el ritmo actual. Para ponerlo en contexto, durante toda la temporada 2024 se cesaron a diez managers, lo que representó el 50 % del total; sin embargo, ese umbral podría ser ampliamente superado este año antes de llegar siquiera a la mitad del campeonato.

El problema parece ir más allá de las estadísticas. Lo que esta ola de despidos refleja es una falta de planificación deportiva a largo plazo: contrataciones poco sólidas, proyectos sin sustento y directivas que reaccionan más por presión que por estrategia. En vez de apostar por la continuidad y la construcción paulatina, muchos equipos han optado por respuestas inmediatas que poco ayudan a la consolidación de un modelo competitivo.

El caso de Valentín con Dorados es un claro ejemplo. Aunque su trayectoria ofrecía credenciales suficientes, el proyecto no soportó una primera mala racha. La llegada de Gerónimo Gil —quien ya ha dirigido al equipo en otras etapas— podría aportar estabilidad a corto plazo, pero no soluciona la raíz del problema: la carencia de confianza en los procesos.

Por ahora, los managers son los principales afectados por la urgencia de resultados, pero la factura real podría recaer en la credibilidad de los proyectos y en el desarrollo del beisbol mexicano a nivel profesional.

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