China suspendió la compra de carne de cerdo de EE.UU. tras los aranceles del 145% impuestos por el gobierno de Donald Trump.

La tensión comercial entre Estados Unidos y China ha escalado nuevamente luego de que Pekín anunciara la cancelación de miles de toneladas de carne de cerdo provenientes de Estados Unidos, en respuesta directa a los denominados “TaxTrump”, los elevados aranceles impuestos recientemente por el gobierno del presidente Donald Trump. Esta medida de represalia llega tras la decisión de Washington de imponer un arancel del 145% a productos chinos, lo que desencadenó una respuesta similar por parte de China, con un arancel adicional del 125% sobre productos estadounidenses.
El impacto económico no se hizo esperar. La carne de cerdo estadounidense, que hasta hace poco tenía una fuerte presencia en el mercado chino, ha perdido competitividad debido al aumento de precios que estos nuevos aranceles generan. En un movimiento estratégico, el gobierno chino decidió enfocar las cancelaciones en productos originarios de estados considerados “afines” al presidente Trump, intensificando así la presión política y económica.
Esta decisión representa la mayor cancelación de importaciones de carne de cerdo estadounidense por parte de China desde el año 2020, cuando las tensiones comerciales también derivaron en restricciones similares. Además del cerdo, se reporta que otras exportaciones agrícolas de EE.UU. también se están viendo afectadas por los aranceles recíprocos, provocando incertidumbre en el sector agrícola. Agricultores de diversas regiones ya han comenzado a retrasar sus ciclos de siembra debido al debilitamiento del mercado, afectando directamente la planificación de cultivos y las rotaciones.
Con estas acciones, China reafirma su intención de resistir la presión arancelaria impuesta por Washington y evidencia cómo la guerra comercial sigue teniendo consecuencias globales, con impactos directos en los sectores productivos de ambos países.