Un especialista en ciberseguridad demuestra cómo los detectores de deepfakes pueden ser burlados por inteligencia artificial cada vez más realista, según reporta CNN.

A medida que la inteligencia artificial continúa evolucionando a pasos agigantados, la creación de videos falsos hiperrealistas —conocidos como deepfakes— se ha convertido en una preocupación creciente para expertos en tecnología, gobiernos y ciudadanos. En un reciente reporte de CNN, la periodista Isabel Rosales abordó esta problemática de la mano de un especialista en ciberseguridad que logró engañar a sistemas diseñados para detectar este tipo de contenido manipulado.
El experto, cuyo nombre no fue revelado, mostró cómo el uso de algoritmos de inteligencia artificial avanzada puede producir rostros y voces tan convincentes que incluso los detectores especializados fallan al momento de identificarlos como falsos. Esto pone de manifiesto las limitaciones actuales de las herramientas automatizadas de verificación de autenticidad digital, las cuales ya se enfrentan a una carrera contra la creatividad de los desarrolladores de deepfakes.
Durante la investigación, se evidenció que algunos sistemas de detección, que se basan en microexpresiones faciales, movimientos oculares o artefactos visuales, pueden ser fácilmente superados por modelos de IA más sofisticados que aprenden a imitar los gestos humanos con mayor precisión. Esta vulnerabilidad plantea serios riesgos, no solo para la privacidad individual, sino también para la desinformación, el fraude financiero y la manipulación política.
Rosales enfatiza que ante este panorama, los usuarios deben estar más atentos que nunca y adoptar hábitos de seguridad digital más rigurosos. Algunas recomendaciones incluyen verificar siempre las fuentes de videos o audios sospechosos, utilizar herramientas de análisis de metadatos, y mantenerse informados sobre las últimas actualizaciones en software de detección confiable.
Aunque las compañías tecnológicas están trabajando activamente para mejorar la capacidad de los detectores y entrenar modelos más precisos, el avance simultáneo de los generadores de deepfakes crea un desafío continuo. La batalla entre creación y detección, alimentada por inteligencia artificial, parece estar lejos de terminar.
El reportaje concluye con un llamado a la educación digital y la conciencia crítica como primeras líneas de defensa frente a esta nueva forma de manipulación, que ya no es exclusiva de expertos o grandes organizaciones, sino accesible a prácticamente cualquier usuario con los recursos adecuados.