Cinco años después encuentran a Rafita enterrado en el patio de su casa

Rafita desapareció en 2020 tras ir por frijoles, y cinco años después fue hallado enterrado en su casa; su madrastra es la principal sospechosa y está prófuga.

El caso de Rafael Huerta Vega, conocido como “Rafita”, ha sacudido a la comunidad poblana tras confirmarse la localización de sus restos enterrados en el patio de la casa donde vivía, cinco años después de su desaparición. El menor, de 12 años, fue reportado como desaparecido en octubre de 2020. Según la versión de su madrastra, Rafita había salido a comprar frijoles y nunca regresó.

Tras su desaparición, el padre del menor, su madrastra María Elva “N” y sus dos hijas abandonaron la vivienda días después de interponer la denuncia. En ese entonces, las autoridades inspeccionaron la casa en noviembre del mismo año, pero no encontraron indicios que ayudaran a localizar al niño.

La investigación en la propiedad fue retomada hasta abril de 2025, cuando se realizaron nuevas diligencias gracias al esfuerzo de colectivos de madres buscadoras. Fue en esa ocasión que se descubrieron restos humanos en el patio del inmueble, los cuales fueron sometidos a análisis de identificación forense. No fue sino hasta el 11 de junio de 2025 cuando se confirmó oficialmente que los restos pertenecían a Rafita.

Teresa Vega, madre del menor, ha luchado durante estos cinco años para dar con el paradero de su hijo. Su esfuerzo constante y el acompañamiento de un grupo de madres buscadoras hicieron posible que hoy pueda despedirse de Rafita y darle sepultura digna.

En cuanto a los responsables, se presume que la madrastra del menor, María Elva “N”, está directamente implicada en su muerte. No obstante, al momento de difundirse la noticia, tanto ella como el padre de Rafita son considerados prófugos de la justicia, y se desconoce su paradero actual.

El caso ha generado gran indignación y dolor en la sociedad poblana, reviviendo la discusión sobre la violencia infantil, la impunidad y el abandono institucional en los casos de desapariciones.

El caso de Rafael Huerta Vega, conocido como “Rafita”, ha sacudido a la comunidad poblana tras confirmarse la localización de sus restos enterrados en el patio de la casa donde vivía, cinco años después de su desaparición. El menor, de 12 años, fue reportado como desaparecido en octubre de 2020. Según la versión de su madrastra, Rafita había salido a comprar frijoles y nunca regresó.

Tras su desaparición, el padre del menor, su madrastra María Elva “N” y sus dos hijas abandonaron la vivienda días después de interponer la denuncia. En ese entonces, las autoridades inspeccionaron la casa en noviembre del mismo año, pero no encontraron indicios que ayudaran a localizar al niño.

La investigación en la propiedad fue retomada hasta abril de 2025, cuando se realizaron nuevas diligencias gracias al esfuerzo de colectivos de madres buscadoras. Fue en esa ocasión que se descubrieron restos humanos en el patio del inmueble, los cuales fueron sometidos a análisis de identificación forense. No fue sino hasta el 11 de junio de 2025 cuando se confirmó oficialmente que los restos pertenecían a Rafita.

Teresa Vega, madre del menor, ha luchado durante estos cinco años para dar con el paradero de su hijo. Su esfuerzo constante y el acompañamiento de un grupo de madres buscadoras hicieron posible que hoy pueda despedirse de Rafita y darle sepultura digna.

En cuanto a los responsables, se presume que la madrastra del menor, María Elva “N”, está directamente implicada en su muerte. No obstante, al momento de difundirse la noticia, tanto ella como el padre de Rafita son considerados prófugos de la justicia, y se desconoce su paradero actual.

El caso ha generado gran indignación y dolor en la sociedad poblana, reviviendo la discusión sobre la violencia infantil, la impunidad y el abandono institucional en los casos de desapariciones.

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