Cinco dirigentes que organizaron una crucial campaña presidencial desde una sede diplomática en Caracas escaparon hacia EE. UU. tras más de 400 días de asilo, mientras crece la presión internacional sobre el régimen de Maduro.

Cinco destacados líderes de la oposición venezolana que permanecieron más de 400 días refugiados en la residencia diplomática argentina en Caracas lograron salir del país y ya se encuentran en Estados Unidos, según confirmó el secretario de Estado Marco Rubio. La huida se produjo tras una operación coordinada que, según Rubio, resultó exitosa y precisa, permitiendo el rescate de lo que denominó «héroes venezolanos» retenidos por el régimen de Nicolás Maduro.
Este movimiento se da en un momento estratégico para Venezuela, que busca aliviar la presión internacional y evitar el restablecimiento de severas sanciones por parte del gobierno estadounidense, particularmente ante el inminente vencimiento de la licencia de operaciones otorgada a la petrolera Chevron. El gesto de liberar a estos dirigentes podría estar vinculado a los intentos del régimen de Maduro por suavizar su imagen internacional y evitar un recrudecimiento de las medidas económicas en su contra.
Los opositores Pedro Urruchurtu, Magalli Meda, Humberto Villalobos, Claudia Macero y Omar González se encontraban refugiados desde marzo de 2024, tras ser emitidas órdenes de arresto en su contra. Desde el complejo diplomático —ubicado entre las residencias de las embajadas de Rusia y Corea del Norte—, lideraron una de las campañas más relevantes de la historia democrática reciente de Venezuela. A pesar del asedio, lograron movilizar a millones de votantes y organizar una red de observadores que documentó una victoria contundente del candidato opositor Edmundo González en las elecciones presidenciales de julio. Sin embargo, el gobierno de Maduro se autoproclamó vencedor sin presentar pruebas claras, lo que generó rechazo internacional.
Apenas días después de los comicios, el régimen expulsó a los diplomáticos argentinos del país. Las agresiones del gobierno a la sede diplomática incluyeron cortes de electricidad, agua y alimentos, así como hostigamiento con agentes armados, lo que mantuvo a los activistas en un estado constante de ansiedad y alerta. Uno de ellos, Omar González, relató cómo había planeado su huida en caso de ser acorralado por las autoridades venezolanas.
Fernando Martínez Mottola, también miembro del equipo de campaña y asesor de la coalición opositora, decidió entregarse voluntariamente a las autoridades en diciembre de 2024. Su muerte, dos meses después, subrayó los riesgos que enfrentan quienes desafían al gobierno de Maduro desde dentro del país.
La huida se produce semanas antes de las elecciones regionales, en las que el chavismo busca mostrar una fachada de normalidad democrática. No obstante, más de 900 presos políticos siguen tras las rejas, y numerosos líderes opositores, como María Corina Machado —a quien se le impidió postularse a la presidencia—, continúan ocultos o en el exilio. González, por su parte, huyó a España en septiembre.
Si bien la operación de escape ha sido celebrada por diversos sectores, también ha generado frustración entre las familias de al menos diez ciudadanos estadounidenses que continúan detenidos en Venezuela y que ven pocas señales de avance en sus respectivos casos. La administración Trump logró la liberación de seis estadounidenses en enero, pero las detenciones con fines de canje siguen siendo una herramienta recurrente del régimen.
La oposición venezolana mantiene la esperanza en la presión internacional para restablecer el orden democrático, aunque el costo humano, político y social sigue siendo elevado. María Corina Machado, desde la clandestinidad, celebró la libertad de sus colaboradores y agradeció a quienes hicieron posible su rescate.