Colossal Biosciences ha logrado revivir al ‘Lobo terrible’ utilizando ingeniería genética avanzada. Con el nacimiento de Rómulo, Remus y Khaleesi, la empresa marca un avance en la ‘des-extinción’ de especies extintas.
La empresa Colossal Biosciences ha realizado un avance extraordinario en la ciencia y la biotecnología al conseguir traer de vuelta al ‘Lobo terrible’, una especie que se extinguió hace más de 10,000 años. Este renacimiento se ha logrado mediante el uso de ingeniería genética avanzada, permitiendo la creación de los primeros cachorros de lobo terrible: Rómulo y Remus, quienes tienen seis meses de vida, y Khaleesi, con tres meses.
La compañía, conocida por su trabajo en el área de ‘des-extinción’, ha sorprendido al mundo con este logro. Para traer de vuelta al lobo terrible, los científicos de Colossal Biosciences utilizaron ADN antiguo obtenido de restos fósiles, incluyendo un diente hallado en Ohio que data de hace 13,000 años y un hueso del oído encontrado en American Falls, con 72,000 años de antigüedad. A partir de estos restos, reescribieron el código genético del lobo gris común, realizando más de 20 modificaciones en 14 genes para que coincidan con los de la especie extinta.
Estos cachorros, que fueron criados por madres sustitutas de sabuesos, están siendo monitoreados de cerca. Con solo seis meses, Rómulo y Remus ya miden 1.20 metros de largo y pesan 36 kilogramos, mientras que Khaleesi sigue creciendo a buen ritmo. Se espera que los lobos adultos lleguen a medir hasta 1.80 metros de largo, por lo que aún están en pleno desarrollo.
Colossal Biosciences no solo se ha centrado en revivir al ‘Lobo terrible’, sino también en otros proyectos ambiciosos, como la reintroducción de mamuts lanudos y dodos. La empresa trabaja con una misión de “des-extinción” que va más allá de la preservación, buscando corregir el daño causado por la actividad humana en la biodiversidad mundial. Con 130 científicos en activo, Colossal tiene en la mira resucitar otras especies extintas, como el tilacino y el tigre de Tasmania, contribuyendo a un futuro donde la biotecnología y la conservación de especies puedan ir de la mano.
