La disforia sensible al rechazo, vinculada al TDAH, describe cómo críticas o rechazos percibidos pueden desencadenar una intensa explosión de emociones difíciles de controlar.

Para quienes viven con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), un rechazo, una crítica o incluso la percepción de haber fallado puede detonar una oleada de emociones difíciles de contener. Este fenómeno, que algunos conocen como “disforia sensible al rechazo” (DSR), ha capturado la atención de miles de personas en redes sociales, aunque el término no figure formalmente en los manuales médicos oficiales.
La DSR describe la reacción emocional abrumadora que sienten algunas personas al enfrentar críticas o desaires. Para Erin Ryder, una joven profesora de Detroit con TDAH, ponerle nombre a esta experiencia le ayudó a comprender su extrema sensibilidad. Un cambio de planes inesperado por parte de su pareja bastó para sumirla en una espiral de pensamientos negativos, a pesar de que posteriormente reconoció que su reacción había sido desproporcionada.
El término “disforia sensible al rechazo” fue popularizado por el psiquiatra Bill Dodson, quien observó patrones de reacción similares en sus pacientes con TDAH. Aunque no fue el creador del nombre, Dodson adaptó un concepto previo relacionado con la depresión atípica para describir este fenómeno, diferenciándolo de la sensibilidad al rechazo más generalizada que puede asociarse con trastornos del estado de ánimo o la personalidad.
Dodson sostiene que en la DSR, la respuesta emocional no solo es inmediata y desproporcionada, sino que también incluye una autocrítica intensa, llevando a la persona a experimentar sentimientos profundos de fracaso o vergüenza. El dolor emocional resulta tan fuerte que muchos afectados organizan sus vidas para evitar situaciones de posible rechazo, volviéndose perfeccionistas, complacientes o excesivamente reacios al riesgo.
Aunque algunos especialistas se muestran escépticos respecto a la DSR como diagnóstico independiente, reconocen que muchas personas con TDAH presentan reacciones emocionales intensas. Para algunos psicólogos, como Lindsay Blass, el término ayuda a comunicar la profundidad del dolor que puede causar un simple comentario o una ligera crítica.
Actualmente, no existe un tratamiento farmacológico específico para la DSR. En algunos casos, se utilizan medicamentos contra la ansiedad, aunque su eficacia es variable. Sin embargo, la terapia psicológica ofrece herramientas útiles. Reconocer la propia sensibilidad, practicar la terapia de exposición gradual a situaciones temidas y dar a los demás el beneficio de la duda son algunas estrategias que los expertos recomiendan para quienes luchan con esta intensa respuesta emocional.
Al final, entender que no todos los actos ajenos tienen la intención de herir y buscar claridad en lugar de asumir lo peor puede ayudar a aliviar parte del dolor que produce el rechazo. Como afirma Blass, no siempre se trata de estar en contra de uno; a veces, simplemente se trata de comunicarse mejor y con mayor empatía.