Elon Musk se retracta de sus críticas a Trump y abre puerta a reconciliación

El empresario Elon Musk admite haber ido “demasiado lejos” en sus comentarios contra Trump, en medio de tensiones públicas y vínculos económicos clave.

Musk

Elon Musk expresó este miércoles su arrepentimiento por los comentarios y publicaciones que dirigió la semana pasada contra el expresidente Donald Trump, con quien sostuvo un fuerte intercambio de ataques en redes sociales. El empresario reconoció que sus palabras “fueron demasiado lejos”, en una clara señal de que podría estar buscando una tregua con el mandatario, a pesar de que Trump había asegurado no tener interés en reconciliarse.

A través de su red social X, Musk —quien ha sido uno de los principales asesores económicos del expresidente y su mayor donante republicano— intentó rebajar el tono del enfrentamiento. La disputa comenzó tras su salida del Departamento de Eficiencia Gubernamental, una iniciativa destinada a recortar gastos y reducir el aparato federal. A partir de entonces, ambos comenzaron a intercambiar duras críticas públicamente.

La tensión se avivó cuando Musk calificó un proyecto de ley de política interior promovido por Trump como una “abominación repugnante”, lo que desató una serie de ataques personales de ambos lados. Musk incluso insinuó que Trump aparecía en archivos clasificados vinculados a Jeffrey Epstein, mientras que Trump ridiculizó a Musk por no cubrirse un ojo morado durante una reunión en la Casa Blanca.

Aunque en un principio Trump respondió con desprecio, también ha comenzado a suavizar su discurso. Musk, por su parte, ha borrado algunas de sus publicaciones más provocadoras y ha insistido en que él y Trump serían “más fuertes juntos”, lo cual sugiere una posible apertura para retomar su relación.

Esta disputa se da en un contexto delicado para ambos. Musk, quien donó 275 millones de dólares a la campaña de reelección de Trump, tiene una gran influencia en redes sociales y un papel clave en el financiamiento político republicano. Sin embargo, sus empresas —incluidas Tesla y SpaceX— dependen significativamente de contratos gubernamentales. Solo en 2023, 17 agencias federales asignaron más de 3,000 millones de dólares a compañías de Musk, que además enfrentan investigaciones y demandas por parte del gobierno federal.

Trump ha usado esta dependencia como herramienta de presión, sugiriendo que cancelaría contratos con las empresas de Musk como parte de una estrategia para recortar el presupuesto. La amenaza no pasó desapercibida, especialmente cuando Tesla atraviesa una baja importante en ventas globales, afectada en parte por la polarización política que rodea a su CEO.

En Estados Unidos y varios países europeos, Tesla ha perdido terreno frente a otros fabricantes de vehículos eléctricos. La empresa se prepara para una presentación clave a finales de mes, cuando se espera que Musk revele el “Robotaxi”, una nueva línea de taxis autónomos en Austin, Texas.

Al mismo tiempo, SpaceX, otro de los pilares empresariales de Musk, enfrenta retos significativos en el desarrollo de su supercohete, el más grande y potente jamás creado. Hasta ahora, las pruebas han producido resultados mixtos, lo que aumenta la presión sobre la compañía.

Pese a haber prometido alejarse de la política para enfocarse en sus negocios, Musk se ha mantenido activo en temas como la migración, alineándose públicamente con las posturas de Trump frente a las recientes protestas en Los Ángeles. Esta coincidencia ideológica sugiere que, más allá de las tensiones personales, aún podrían encontrar puntos de acuerdo si logran superar el conflicto.

Por ahora, la declaración de arrepentimiento de Musk marca un posible punto de inflexión en una relación cargada de poder, intereses económicos y rivalidades mediáticas, que sigue atrayendo atención tanto política como empresarial.

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