Pakistán respondió con ataques aéreos a la India, luego de que esta lanzara misiles contra bases militares pakistaníes cerca de Islamabad, elevando la tensión entre ambos países.

El conflicto entre India y Pakistán alcanzó un nuevo nivel de tensión tras una serie de ataques militares en ambas direcciones. En respuesta a un bombardeo con misiles por parte de India contra la base aérea de Nur Khan, ubicada en las cercanías de Islamabad, Pakistán ejecutó una operación aérea en territorio indio que ha elevado considerablemente el riesgo de una confrontación abierta entre ambas naciones.
El ataque inicial de India, según fuentes del ejército pakistaní, no solo tuvo como blanco la base aérea de Nur Khan, sino también otras dos instalaciones militares estratégicas: Murid y Rafiqui. Aunque las fuerzas de defensa aérea pakistaníes lograron interceptar la mayoría de los misiles, algunos impactaron directamente en infraestructura militar, provocando daños materiales.
En reacción inmediata, Pakistán puso en marcha una operación militar denominada «Banyan al-Marsus», en la que dirigió ataques aéreos a diversos puntos dentro de India. Aunque el gobierno pakistaní no ha especificado públicamente los objetivos exactos, se reportaron explosiones en ciudades clave como Amritsar y Jammu, lo que sugiere un ataque coordinado y de gran alcance.
Este intercambio de fuego representa una escalada significativa en una región históricamente tensa, marcada por décadas de conflictos fronterizos, especialmente en la disputada zona de Cachemira. Las consecuencias de esta ofensiva mutua aún se están evaluando, mientras se espera la reacción del gobierno indio ante la operación lanzada por Pakistán.
La comunidad internacional observa con preocupación este repunte de hostilidades, temiendo que el conflicto pueda ampliarse si no se detiene a tiempo el ciclo de represalias. Por ahora, la situación se mantiene tensa, con ambos países en alerta máxima y sin señales de desescalada inmediata.