Estambul tiembla con un sismo de 6,2 pero evita tragedia mayor

El sismo en Estambul reaviva el temor colectivo de un desastre mayor, pese a que no se reportaron víctimas ni daños severos.

Estambul

Un potente terremoto de magnitud 6,2 sacudió este miércoles a Estambul, la ciudad más poblada de Turquía, provocando escenas de pánico entre sus 16 millones de habitantes, quienes abandonaron viviendas, oficinas y comercios en medio de gritos y la incertidumbre. Aunque las autoridades confirmaron que no hubo víctimas mortales ni daños de gravedad, el sismo encendió las alarmas de una población aún marcada por el catastrófico terremoto de 2023 en el sureste del país.

El temblor se produjo a las 12:49 p. m. hora local y tuvo su epicentro en el mar de Mármara, a unos 40 kilómetros al suroeste de la ciudad. La profundidad del sismo fue de aproximadamente 10 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. La sacudida fue sentida incluso en regiones alejadas como Bursa y Esmirna, lo que dio pie a una jornada tensa, especialmente al ser un día feriado nacional.

El pánico generado por el movimiento sísmico causó que al menos 151 personas resultaran heridas, muchas de ellas tras lanzarse desde balcones en un intento desesperado por escapar de sus viviendas. Las autoridades, incluyendo al presidente Recep Tayyip Erdogan, afirmaron que todos los servicios de emergencia estaban activos y atentos. A las pocas horas, se reportó únicamente el colapso de un edificio vacío.

Pese al aparente alivio inicial, la situación generó un importante desplazamiento ciudadano hacia espacios públicos abiertos. Se registraron más de 50 réplicas durante el día, incluyendo una de magnitud 5,9, lo que llevó al gobernador de Estambul a anunciar el cierre de escuelas por dos días, habilitándolas como albergues temporales.

En Silivri, el suburbio más cercano al epicentro, se evacuaron pacientes del hospital estatal, trasladándolos a áreas abiertas. Mientras tanto, expertos en sismología y medios locales debatían si el temblor podría ser el preludio de un evento sísmico aún mayor. Según estudios históricos, Estambul enfrenta un riesgo recurrente de terremotos de gran magnitud cada 250 años, siendo el último registrado en 1766.

La preocupación se centra especialmente en el estado de las construcciones de la ciudad. Más de dos tercios de los edificios fueron construidos antes del año 2000, cuando no existían los códigos sísmicos actualizados. Si bien el gobierno ha iniciado programas de rehabilitación estructural, muchos residentes, como Nur Inan, una instructora de tenis de 59 años, consideran que los esfuerzos son insuficientes y tardíos.

Inan, quien se refugió en un parque junto a su gato, expresó su frustración por la lentitud de las autoridades en enfrentar el problema estructural. “Este problema debería haberse resuelto hace mucho tiempo. ¿Qué puedo decir? Lamento mucho que el Estado no lo resuelva”, comentó mientras esperaba que la situación se estabilizara antes de volver a su hogar, un edificio de más de 50 años.

Aunque el temblor no causó una tragedia como la del año pasado, evidenció una vez más las vulnerabilidades estructurales de Estambul y la necesidad urgente de acelerar las medidas de prevención. La sacudida fue un recordatorio palpable de que la amenaza sísmica persiste y que la ciudad debe prepararse con mayor rapidez y eficacia para un eventual sismo de mayor magnitud.

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