Europa da la espalda a los productos estadounidenses ante la guerra comercial de Trump

Consumidores europeos evitan productos de EE.UU. por la guerra comercial de Trump, según advierte el Banco Central Europeo.

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La tensión comercial entre Estados Unidos y Europa impulsada por las políticas arancelarias del presidente Donald Trump está generando un cambio de comportamiento entre los consumidores europeos, quienes están optando cada vez más por evitar productos y servicios provenientes de Estados Unidos. Desde motocicletas Harley-Davidson hasta jeans Levi’s y bebidas como Jack Daniel’s, íconos tradicionales del consumo europeo están comenzando a desaparecer de los carritos de compra en países como Suecia, Francia y el Reino Unido.

El Banco Central Europeo (BCE) ha identificado este fenómeno como un posible cambio estructural a largo plazo en las preferencias de consumo, impulsado por la percepción negativa de las medidas comerciales unilaterales impuestas por la Casa Blanca. En abril, Trump introdujo un arancel general del 10% a socios comerciales, incluida la Unión Europea, lo que generó un efecto dominó de respuestas comerciales, críticas diplomáticas y movimientos de boicot ciudadano. Estas medidas han hecho que productos estadounidenses como los de Tesla o McDonald’s pierdan popularidad, y el distintivo “Hecho en Estados Unidos” ya no seduce como antes.

En países como Alemania e Italia, han surgido aplicaciones móviles que permiten escanear productos para evitar marcas estadounidenses, mientras que en redes sociales europeas, grupos organizados comparten alternativas locales y animan a los consumidores a cambiar sus hábitos. Iniciativas ciudadanas promueven el uso de marcas europeas como Adidas en lugar de Nike, y también abogan por dejar de usar servicios digitales estadounidenses como Netflix, Amazon Prime o Airbnb.

Aunque aún millones de personas siguen consumiendo productos de Estados Unidos, las cifras comienzan a preocupar a los inversionistas y grandes corporaciones. Tesla, por ejemplo, registró en abril una caída del 81% en sus ventas en Suecia respecto al mismo mes del año anterior, mientras que McDonald’s alertó sobre un creciente sentimiento antiestadounidense en el norte de Europa y Canadá. Aunque las pérdidas actuales en ventas son modestas, los expertos advierten que la tendencia podría consolidarse si las tensiones comerciales continúan.

El BCE subraya que este fenómeno no solo responde a los aranceles o al aumento de precios, sino a una decisión consciente de los consumidores de apartarse de las marcas y productos estadounidenses, incluso en aquellos hogares que podrían permitírselos. Este rechazo, aseguran, podría perdurar en el tiempo, marcando una fractura en las relaciones comerciales y culturales transatlánticas que difícilmente se revertirá con un simple acuerdo comercial.

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