Por segunda semana consecutiva, el Gobierno de México mantiene en 0% los estímulos fiscales a las gasolinas y el diésel, lo que implica el cobro total del IEPS y afecta a los consumidores.

El Gobierno Federal ha decidido mantener sin cambios la eliminación de los estímulos fiscales al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) en combustibles, medida que afecta tanto a consumidores como a empresas. De acuerdo con la actualización publicada el 21 de marzo por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el subsidio continuará en 0% por segunda semana consecutiva, lo que implica que los automovilistas pagarán la cuota máxima de IEPS en cada litro de gasolina y diésel que adquieran.
Bajo este esquema, la gasolina Magna, que es la de menor octanaje, tendrá un impuesto de $6.4555 pesos por litro, mientras que la gasolina Premium pagará $5.4513 pesos de IEPS. En el caso del diésel, el gravamen asciende a $7.0946 pesos por litro, sin ningún tipo de reducción. Esta decisión sigue la misma tendencia de la semana anterior, la primera vez en el actual gobierno en que se retiraron los estímulos fiscales en la gasolina de bajo octanaje y el diésel.
Cabe destacar que esta medida se implementa en un contexto en el que la presidenta Claudia Sheinbaum ha logrado un acuerdo con diversas empresas gasolineras para evitar que el precio del litro de gasolina Magna supere los $24 pesos. Desde la firma de este convenio, los estímulos fiscales se han ido reduciendo gradualmente hasta llegar a su eliminación total.
Es importante mencionar que estas tarifas no aplican en Ciudad Juárez ni en otras zonas fronterizas, donde existen descuentos especiales que permiten reducir el impacto del IEPS en los consumidores. Además, el precio final de los combustibles no solo depende del impuesto, sino también de factores como costos de producción, distribución y logística.
El IEPS es un impuesto aplicado a las gasolinas y el diésel con tarifas que oscilan entre los $5.45 y $7.09 pesos por litro, dependiendo del tipo de combustible. El estímulo fiscal es una medida que históricamente ha sido utilizada por el gobierno para amortiguar el impacto de los precios internacionales del petróleo en el mercado nacional, evitando que los consumidores enfrenten aumentos abruptos en el costo de los combustibles. Con su eliminación temporal, el impacto económico recaerá directamente en los usuarios.