Cerca de 300 miembros de la Guardia Nacional llegaron a Los Ángeles tras protestas por las redadas migratorias de Trump; la presencia militar fue criticada por autoridades locales.

Las tensiones migratorias en Estados Unidos alcanzaron un nuevo punto crítico este fin de semana, luego de que el presidente Donald Trump ordenara el despliegue de 2,000 elementos de la Guardia Nacional para enfrentar las protestas derivadas de una serie de redadas realizadas por agentes federales del ICE. Cerca de 300 soldados ya se encuentran operando en tres ubicaciones estratégicas de Los Ángeles, de acuerdo con información confirmada por la oficina del gobernador de California, Gavin Newsom.
El despliegue se realizó entre las 2:00 y las 4:00 de la madrugada del domingo, y corresponde a efectivos del Equipo de Combate de la 79.a Brigada de Infantería de California. El Comando Norte de Estados Unidos indicó que próximamente se ofrecerán más detalles sobre las unidades asignadas.
Según la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, los soldados están capacitados específicamente para responder en situaciones de agitación social. Afirmó que su presencia busca asegurar que las protestas permanezcan pacíficas y que las operaciones de inmigración puedan ejecutarse sin contratiempos. Noem, sin embargo, evitó comentar sobre las condiciones de detención de los migrantes, un tema que ha generado gran controversia entre activistas y representantes del Congreso.
Desde la óptica local, tanto el gobernador Gavin Newsom como la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, han mostrado su descontento con la medida federal. Consideran que la situación está siendo manejada desde Washington de forma autoritaria, agravando las tensiones sociales en lugar de contribuir a una solución pacífica.
Por su parte, la congresista demócrata Nanette Barragán alertó que las autoridades federales se preparan para 30 días de vigilancia intensiva por parte del ICE en California, una medida que considera innecesaria y provocadora. Señaló que ni el estado ni la ciudad han solicitado la intervención de la Guardia Nacional, y que su llegada solo alimentará la indignación de las comunidades migrantes.
Las protestas se originaron el viernes, después de que al menos 44 personas fueran detenidas por agentes federales en distintas operaciones de redada. La tensión aumentó conforme avanzó el fin de semana, especialmente en zonas como Paramount y Compton, donde las fuerzas del orden utilizaron gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para dispersar a los manifestantes. Algunas detenciones también fueron reportadas.
A pesar de los enfrentamientos, líderes comunitarios han llamado a la no violencia, condenando los actos agresivos vengan de donde vengan. Mientras tanto, la administración Trump justifica su decisión alegando que los gobiernos locales han fallado en controlar los disturbios, y que el gobierno federal actuará “como debe resolverse”, en palabras del propio presidente.
La creciente presencia militar en ciudades como Los Ángeles refleja el endurecimiento de la política migratoria bajo el actual mandato y pone en evidencia la profunda división entre el gobierno federal y los estados con posturas más humanitarias hacia los migrantes.