ICE detuvo a un estudiante venezolano en un tribunal de Nueva York tras desestimarse su caso, en una escalada de deportaciones que inquieta a defensores migrantes.

La reciente detención de Dylan, un joven estudiante venezolano de 20 años, dentro de un tribunal de inmigración en Nueva York ha desatado una fuerte polémica y temor entre comunidades migrantes. Se trata del primer caso conocido en lo que va del segundo mandato del expresidente Donald Trump en el que un estudiante del sistema escolar público de la ciudad es arrestado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Según abogados de inmigración, esta acción representa un cambio de estrategia por parte de las autoridades federales, quienes han comenzado a apostarse dentro y fuera de los tribunales de inmigración a lo largo del país. Su objetivo es detener a migrantes justo después de que sus casos sean desestimados, lo cual les permite iniciar procesos de deportación acelerada sin requerir una audiencia judicial completa. Dylan fue detenido por agentes vestidos de civil en el vestíbulo del tribunal de Manhattan tras acudir a una audiencia obligatoria sin representación legal, creyendo que sería un trámite de rutina.
El joven cursaba estudios en la Ellis Prep Academy del Bronx, institución especializada en migrantes mayores que aprenden inglés. Había ingresado legalmente a Estados Unidos en abril de 2024 mediante una aplicación móvil impulsada por la administración de Joe Biden, diseñada para facilitar solicitudes de asilo. Sin antecedentes penales, Dylan apoyaba económicamente a su madre y a sus dos hermanos pequeños trabajando como repartidor. Su madre, Raiza, expresó profundo temor por su posible deportación, advirtiendo sobre los riesgos que enfrentaría en Venezuela.
Organizaciones como el Grupo de Asistencia Jurídica de Nueva York, que representa a Dylan, han denunciado que su detención vulnera su derecho al debido proceso y desestabiliza a comunidades enteras. Afirman que el joven estaba cumpliendo plenamente con sus obligaciones migratorias y que este tipo de arrestos generan caos innecesario.
La postura del alcalde Eric Adams ha sido objeto de críticas. Aunque dijo solidarizarse con el estudiante detenido, se deslindó del caso argumentando que ocurrió fuera de un entorno escolar y que está fuera de su jurisdicción. También defendió que las leyes de santuario limitan su capacidad para intervenir directamente, aunque sus opositores lo acusan de evitar enfrentar al gobierno federal. Por su parte, Tricia McLaughlin, vocera del Departamento de Seguridad Nacional, aseguró que Dylan ingresó ilegalmente al país, contradiciendo los testimonios de su defensa.
Las escuelas del Bronx, donde Dylan estudiaba, manifestaron preocupación, y la supervisora del distrito escolar emitió un mensaje de apoyo a todas las familias migrantes. También se pronunciaron líderes sindicales como Michael Mulgrew, quien señaló que el estudiante fue despojado de sus derechos en un acto que considera injustificable.
La situación ha reavivado el debate sobre las políticas migratorias, el papel de las ciudades santuario y los límites del poder local frente a las autoridades federales. Mientras tanto, Dylan ha sido trasladado entre varios centros de detención y permanece bajo custodia, mientras su familia y abogados luchan por evitar su deportación.