ICE intensifica redadas bajo presión de Trump para deportaciones masivas

ICE adopta métodos extremos, tecnología y redadas continuas bajo la presión de Trump para cumplir metas históricas de deportación, generando tensiones y riesgos de errores.

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El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha iniciado una ofensiva sin precedentes como resultado de la intensa presión ejercida por el gobierno de Donald Trump, quien, tras asumir nuevamente la presidencia, prometió una campaña masiva de deportaciones. Esta promesa ha forzado a la agencia a ejecutar operativos con una intensidad y frecuencia no vista antes, incluyendo redadas en centros laborales, detenciones colaterales y vigilancia permanente.

ICE ahora opera con horarios escalonados, turnos de siete días a la semana y participación de agentes que antes se dedicaban a combatir delitos como el tráfico humano. Incluso se han solicitado denuncias ciudadanas para localizar a personas en situación migratoria irregular. En paralelo, se ha implementado una aplicación tecnológica basada en mapas de calor —conocida en su versión inicial como Alien Tracker— que centraliza datos de diferentes agencias gubernamentales para identificar inmigrantes con órdenes de deportación. Esta herramienta, creada con apoyo de colaboradores cercanos a Elon Musk, permite localizar a personas con condenas penales y está diseñada para optimizar los esfuerzos de captura en el país.

La estrategia, coordinada en parte por Stephen Miller, asesor clave de Trump, busca aumentar drásticamente las cifras diarias de detención, con metas de hasta 3,000 personas por día, una cifra diez veces superior al promedio durante la administración Biden. Esta presión ha provocado preocupación entre antiguos funcionarios de ICE, quienes advierten sobre errores potenciales debido al ritmo acelerado y la presión por resultados cuantitativos, no cualitativos.

A pesar de la moral dividida dentro de ICE, algunos agentes afirman sentirse motivados por el renovado apoyo institucional. Sin embargo, las detenciones suelen implicar un trabajo minucioso y de bajo rendimiento, como quedó demostrado en un operativo en Miami, donde un equipo de más de diez funcionarios detuvo solo a tres personas en varias horas, incluyendo un caso colateral.

Además de las redadas en fábricas y restaurantes, ICE ha intensificado su presencia en cortes migratorias y utiliza información recibida por teléfono para llevar a cabo capturas rápidas. También se ha involucrado a investigadores especializados en otros delitos para cumplir con las cuotas de arrestos, algo que ha despertado críticas por el desvío de recursos.

A pesar del avance tecnológico, la aplicación ha presentado errores, como direcciones inexactas, y ha sido objeto de demandas por violar derechos de privacidad. La agencia también enfrenta restricciones legales en algunos estados, como en Los Ángeles, donde una orden judicial limita las detenciones en domicilios, lo que obligó a fiscales federales a asumir esa tarea.

El ritmo de detenciones, que llegó a 2,000 al día, ha mostrado fluctuaciones. A finales de una semana reciente, las cifras bajaron a 1,400, luego a 1,200 y finalmente a 700, lo que subraya los desafíos de sostener este tipo de operativos. Aun así, el liderazgo de ICE, respaldado por figuras como Thomas Homan, insiste en que no detendrán su marcha y continuarán con la operación migratoria a lo largo y ancho del país.

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