Netanyahu intensifica ataques a Irán y provoca una respuesta defensiva en Natanz; Trump advierte sobre una evacuación inmediata en Teherán y pide diálogo urgente.

En el cuarto día consecutivo de enfrentamientos directos entre Israel e Irán, las autoridades iraníes activaron sus sistemas de defensa antiaérea en la ciudad de Natanz, sede de una de las instalaciones nucleares más importantes del país. Esta reacción se produjo tras nuevos bombardeos israelíes, que se suman a los ataques lanzados desde el pasado viernes, cuando Tel Aviv arremetió contra varios objetivos militares y nucleares en territorio iraní, incluyendo el complejo de Natanz.
El saldo de la escalada ya es alarmante: al menos 224 personas han muerto y más de mil han resultado heridas en Irán, de acuerdo con medios locales. Por su parte, las acciones de represalia iraníes han causado la muerte de al menos 24 personas en suelo israelí. Esta confrontación marca un punto de inflexión histórico en la relación entre ambas naciones, que durante décadas han librado una guerra indirecta mediante intermediarios y operaciones encubiertas, pero ahora han entrado en un conflicto militar abierto y de gran escala.
En este contexto de máxima tensión, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intervino desde Canadá —donde participa en la cumbre del G7— con un mensaje enérgico en redes sociales: advirtió a los ciudadanos iraníes que evacúen la capital, Teherán, de inmediato, al tiempo que sostuvo que “Irán no está ganando la guerra” y debería sentarse a dialogar “antes de que sea demasiado tarde”. Trump también reprochó al régimen iraní no haber firmado el acuerdo que él impulsó anteriormente y aseguró que ahora enfrentan las consecuencias de esa decisión.
Mientras tanto, el éxodo masivo desde Teherán ha colapsado las principales rutas de salida de la ciudad, en medio del temor a una inminente ofensiva israelí de gran escala. Las imágenes que llegan desde la capital muestran largas filas de vehículos intentando abandonar la metrópoli, mientras se oyen sirenas y sobrevuelan drones y aviones de combate.
Turquía y Rusia también se sumaron al llamado internacional para que ambas potencias detengan las hostilidades de forma inmediata y retomen el camino diplomático, aunque hasta el momento no hay indicios de un alto al fuego. El panorama en la región sigue siendo incierto y el riesgo de una guerra total se incrementa con cada nuevo ataque.