Israel lanza devastador ataque aéreo contra Irán y mata a altos mandos

Israel lanzó un ataque aéreo sobre Irán que mató a generales y científicos nucleares. La operación dañó instalaciones clave y elevó las tensiones a niveles críticos en Medio Oriente.

Israel

En un ataque sin precedentes, Israel bombardeó múltiples objetivos estratégicos en Irán la madrugada del viernes, en lo que representa una de las mayores escaladas militares entre ambos países en los últimos años. Entre los blancos se incluyeron complejos militares, residencias de altos mandos, instalaciones nucleares clave y edificios residenciales, particularmente en Teherán y otras ciudades como Isfahán, Arak y Kermanshah.

El ataque, descrito por Irán como un “acto de guerra”, dejó al menos 78 personas muertas y más de 300 heridas, según cifras preliminares difundidas por la agencia Fars, cercana a la Guardia Revolucionaria. Las autoridades israelíes aseguran que la operación buscó desmantelar capacidades nucleares y de misiles de largo alcance de Irán, además de eliminar a figuras clave de su estructura de defensa.

Entre los fallecidos se encuentran figuras de altísimo perfil, como el general Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor iraní; el general Hossein Salami, comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria; y el general Gholamali Rashid. Además, se reportó la muerte del influyente político Ali Shamkhani, así como la de dos científicos nucleares reconocidos: Mohammad Mehdi Tehranji y Fereydoun Abbasi. La residencia del general Amir Ali Hajizadeh, responsable del programa aeroespacial iraní, también fue blanco del ataque, y se presume que murió junto a otros oficiales.

Uno de los objetivos centrales del ataque fue la instalación nuclear de Natanz, la más importante del país. Aunque está parcialmente enterrada a unos 45 metros bajo tierra, Israel afirma que el daño fue significativo. Sin embargo, no se habría alcanzado el sitio ultrafortificado de Fordow, protegido por una montaña de 800 metros de profundidad, que los expertos consideran imposible de destruir sin asistencia estadounidense.

Israel justificó el ataque como una acción “preventiva” en respuesta a lo que llama agresiones constantes del régimen iraní. El gobierno de Benjamín Netanyahu ha reiterado que el programa nuclear de Irán representa una amenaza directa para la existencia misma de Israel. Según inteligencia israelí, Teherán ya tendría suficiente material como para ensamblar hasta 15 armas nucleares en pocos días, aunque no se presentaron pruebas concretas.

La respuesta de Irán no se hizo esperar. El líder supremo, ayatolá Alí Jamenei, prometió una “represalia dura”, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores calificó el ataque como una declaración formal de guerra en su carta al Consejo de Seguridad de la ONU. El gobierno iraní también suspendió su participación en las negociaciones nucleares previstas para este domingo en Omán.

Estados Unidos, por su parte, negó cualquier implicación directa en el ataque. El secretario de Estado, Marco Rubio, aclaró que no participaron ni autorizaron la operación, aunque Irán sostiene que el bombardeo no pudo haberse ejecutado sin la complicidad o permiso estadounidense. El presidente Donald Trump señaló que Irán “se buscó la destrucción” al rechazar una propuesta reciente de acuerdo nuclear, en la que se le pedía cesar totalmente el enriquecimiento de uranio.

Con este ataque, Medio Oriente entra en una fase de tensión extrema. Las implicaciones geopolíticas son inciertas, pero el riesgo de una guerra abierta entre dos potencias regionales crece con rapidez. La comunidad internacional observa con atención, mientras se cierne la sombra de un conflicto que podría tener consecuencias globales.

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