Julio César Chávez fue víctima de un asalto a mano armada; le robaron reloj y cadena. Pidió a autoridades revisar a motociclistas, pues acusa que muchos cometen delitos.

Julio César Chávez, una de las figuras más emblemáticas del boxeo mexicano, reveló recientemente que fue víctima de un violento asalto a mano armada, lo que encendió nuevamente el debate sobre la creciente inseguridad en el país. A sus 62 años, el excampeón mundial continúa muy activo, no sólo en su faceta como comentarista de TV Azteca, sino también en su labor al frente de una clínica de rehabilitación. Sin embargo, su reconocimiento público no lo exime de los riesgos que enfrentan millones de mexicanos a diario.
Durante una entrevista con ESPN, el César del Boxeo compartió los tensos momentos que vivió cuando fue interceptado por delincuentes, quienes lo amenazaron con un arma de fuego para despojarlo de sus pertenencias. «Sí, me asaltaron. Me pusieron la pistola en la cabeza. Me quitaron el reloj, mi cadena… pero eso es lo material, no importa. Lo importante es que lo estoy contando», declaró, visiblemente agradecido por salir ileso del ataque.
Chávez no sólo relató lo ocurrido, sino que también aprovechó el espacio para lanzar un mensaje contundente a las autoridades. Hizo un llamado urgente a implementar mayores controles sobre motociclistas, al considerar que muchos de los robos, como el que él sufrió, son cometidos desde estos vehículos. “A todas las motocicletas párenlas, párenlas para que los esculquen, porque esos traen pistolas y son los que asaltan”, pidió con firmeza.
El exboxeador expresó su preocupación por la inseguridad generalizada y dejó en claro que su experiencia personal refleja una realidad que afecta a todos, sin importar su fama o estatus. Su testimonio ha resonado en redes sociales, donde decenas de personas le han manifestado apoyo, además de coincidir con la necesidad de que se refuercen las medidas de seguridad en calles y avenidas del país.
Este incidente se suma a una larga lista de hechos delictivos sufridos por figuras públicas, lo que evidencia que la delincuencia no discrimina. Julio César Chávez, fiel a su estilo directo y comprometido, concluyó su mensaje agradeciendo estar bien, pero sin dejar pasar la oportunidad de exigir que se atienda el clamor ciudadano.