Adrián Marcelo confesó haber tenido contacto con criminales y beneficiarse de su atención, pues asegura que muchos consumen su contenido. Aunque dice no estar orgulloso, reconoce que le favorece.

El comediante y creador de contenido Adrián Marcelo generó controversia tras confesar en una conversación con Roberto Mtz que ha tenido encuentros con criminales y que, de cierta manera, ha sacado provecho de ello. Marcelo explicó que algunos miembros de grupos delictivos consumen su contenido y que, lejos de sentirse en peligro, ha sido recibido con buena actitud en zonas consideradas de alto riesgo.
Durante la charla, el comediante narró su experiencia en Nuevo Laredo, donde recientemente realizó presentaciones junto a su equipo de standup. A pesar de las advertencias de seguridad sobre evitar viajar por carretera en la noche, él insistió en seguir con su plan. Al llegar a su destino, fueron interceptados por un automóvil sin placas, cuyo conductor les pidió bajar la ventana. En lugar de una amenaza, el encuentro se tornó en una inesperada interacción amistosa cuando uno de los hombres reconoció a un integrante del equipo.
Marcelo relató la anécdota con humor, mencionando que en ese momento la tensión disminuyó. Según él, esto demuestra cómo ciertos sectores de la sociedad, incluyendo aquellos involucrados en actividades ilícitas, se identifican con su contenido y lo encuentran entretenido.
A pesar de esta confesión, el comediante aclaró que no respalda ni justifica la actividad delictiva en México. Sin embargo, reconoció que entiende la realidad del país y que, de algún modo, se ha beneficiado del interés que sus videos generan en personas con mucho tiempo libre, incluidas aquellas vinculadas al crimen organizado.
Marcelo también enfatizó que su intención no es glorificar estas situaciones, sino compartir una perspectiva sobre cómo su trabajo llega a distintos sectores de la población, incluso en contextos inesperados. Su declaración ha desatado un intenso debate en redes sociales, donde algunos lo critican por normalizar el contacto con criminales, mientras que otros lo defienden por simplemente exponer una realidad sin rodeos.