El papa León XIV celebró su misa inaugural en el Vaticano con presencia de líderes como JD Vance, Marco Rubio y Zelenski; abogó por la paz y una Iglesia abierta a todos.

Este domingo, el papa León XIV presidió la misa de inauguración de su pontificado en la emblemática Plaza de San Pedro, donde una multitud de decenas de miles de personas se congregó para presenciar el inicio oficial de su liderazgo como el 267.º jefe de la Iglesia católica. El nuevo pontífice, quien hizo historia al convertirse en el primer papa de origen estadounidense, ofreció una ceremonia colmada de simbolismo espiritual y presencia internacional.
Entre los asistentes destacados estuvieron el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance; el secretario de Estado, Marco Rubio; el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski; el primer ministro de Canadá, Mark Carney; y el primer ministro de Australia, Anthony Albanese. Todos ellos viajaron a Roma para atestiguar este momento histórico, y algunos, como Vance y Zelenski, estrecharon la mano del pontífice, con quienes también se esperaba que sostuviera reuniones privadas más tarde ese mismo día.
Durante su homilía, León XIV retomó algunas de las ideas centrales de su antecesor, el papa Francisco, fallecido en abril. Hizo un llamado urgente por la paz en regiones afectadas por el conflicto como Ucrania, Gaza y Birmania. También reafirmó su compromiso con una Iglesia enfocada en la evangelización y la inclusión, dejando en claro que la fe no debe imponerse mediante la propaganda o el poder, sino ser compartida a través del amor.
En uno de los momentos más solemnes del día, León XIV rezó en latín pidiendo ser un digno sucesor del apóstol San Pedro. Sus palabras reflejaron tanto una mirada hacia la tradición como una apertura a los desafíos contemporáneos, al señalar que los cardenales que lo eligieron buscaban un pastor capaz de resguardar el patrimonio de la fe sin dejar de afrontar los interrogantes actuales.
La asistencia de JD Vance fue particularmente significativa, ya que marca un posible punto de inflexión en las relaciones entre el Vaticano y los católicos conservadores de Estados Unidos. Apenas semanas antes, Vance se había reunido con el papa Francisco, quien había expresado críticas públicas hacia su visión teológica y política, especialmente en temas como la migración. Ahora, ante León XIV, el tono parecía más conciliador, a pesar de algunas antiguas tensiones reflejadas en publicaciones previas asociadas al nuevo pontífice.
Conmovido visiblemente durante varios pasajes de la ceremonia, León XIV dejó claro que su misión como líder espiritual estará orientada por el deseo de reconciliar a la Iglesia con un mundo complejo, mantener la esencia doctrinal y, al mismo tiempo, abrir los brazos a todos los fieles.