León XIV y su visión pastoral: inmigración, inclusión y tradición

El papa León XIV, estadounidense con raíces misioneras en Perú, adopta posturas moderadas sobre inmigración, mujeres en la Iglesia y comunidad LGBTQ, reflejando continuidad con Francisco.

León

El nombramiento del papa León XIV ha generado atención mundial, no solo por ser el primer pontífice nacido en Estados Unidos, sino también por las implicaciones que sus posturas ideológicas tendrán en una Iglesia católica con más de 1.400 millones de fieles. Conocido anteriormente como Robert Prevost, su aparición en el balcón de la Basílica de San Pedro fue celebrada por muchos, especialmente en Villanova, Pensilvania, donde su amigo y reverendo Robert Hagan destacó su humildad y vocación de servicio.

Prevost, de 69 años y con doble ciudadanía estadounidense y peruana, desarrolló buena parte de su ministerio en Perú, en comunidades empobrecidas que marcaron profundamente su visión pastoral. Esta trayectoria lo posiciona como un líder que combina raíces norteamericanas con una perspectiva internacional y misionera. Su elección rompe la idea de que el Vaticano evitaría designar un papa estadounidense, sobre todo en un contexto de tensión política global y transformación interna en la Iglesia.

En temas como la inmigración, el papa León XIV ha demostrado sensibilidad y cercanía con los más vulnerables. Publicaciones atribuidas a una cuenta en redes sociales bajo su nombre criticaban políticas migratorias restrictivas y expresaban solidaridad con causas como la de George Floyd, evidenciando una preocupación por la justicia social. Aunque no se ha confirmado oficialmente su vínculo con dicha cuenta, su entorno y declaraciones anteriores permiten anticipar una visión crítica frente al endurecimiento de políticas migratorias, en contraste con posturas nacionalistas del gobierno de Trump.

Pese a que algunos lo etiquetaban como un cardenal “menos estadounidense”, debido a su trabajo en América Latina y su baja exposición política en EE.UU., Prevost fue activo votante tanto en primarias republicanas como demócratas, reflejando una identidad política compleja. Amigos y colegas aseguran que su liderazgo será más pastoral que político, aunque no evitará intervenir en cuestiones globales cuando lo considere necesario.

En su primer discurso como papa, hizo énfasis en la “construcción de puentes”, lo cual fue interpretado como una crítica sutil al enfoque de “muros” del expresidente Trump. Su experiencia como obispo en Chiclayo y funcionario del Vaticano refuerza la idea de un papa con profundo conocimiento del mundo en desarrollo, que buscará continuar el legado de Francisco en la promoción de la justicia social, el cuidado del medio ambiente y el diálogo interreligioso.

Respecto a temas de género y diversidad sexual, el nuevo pontífice parece adoptar una postura más tradicional. En 2023, dejó claro que la ordenación de mujeres no está en la agenda, apelando a la tradición doctrinal. Sus comentarios públicos sobre la comunidad LGBTQ han sido limitados y conservadores, aunque ha mostrado apertura para que cada obispo contemple los contextos culturales locales, en referencia a la bendición de parejas del mismo sexo. Esta postura sugiere una intención de evitar una ruptura con sectores más conservadores del catolicismo, sin cerrar del todo la puerta al cambio.

Quienes lo conocen destacan su capacidad para escuchar, su vida sencilla y su enfoque sinodal, inspirado en la visión de Francisco de una Iglesia que camina junto al pueblo. La elección del nombre León también podría ser una señal de continuidad con León XIII, precursor del pensamiento social católico moderno. En un mundo polarizado, León XIV parece encarnar una figura de unidad: un líder que conoce la periferia y el centro, y que busca tender puentes entre culturas, generaciones y posturas ideológicas divergentes.

614  Chihuahua sin Filtros

X