México sabía del riesgo de un rebrote del gusano barrenador ganadero, pero no actuó; la planta construida solo combate otra plaga.

A pesar de que el gobierno mexicano contaba desde 2020 con estudios que advertían sobre el peligro del regreso del gusano barrenador del ganado, no se tomaron medidas preventivas eficaces para evitar su reaparición, lo que finalmente ocurrió en 2025. Irónicamente, se invirtieron cerca de 100 millones de dólares en una planta de mosca estéril en Chiapas que no tiene ninguna utilidad para combatir esta plaga.
Según reveló la revista Proceso, el documento técnico elaborado durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador ya preveía las consecuencias sanitarias y económicas de un rebrote de esta larva parasitaria. Sin embargo, se optó por destinar recursos a la creación de la planta Moscamed en Metapa de Domínguez, Chiapas, cuya función específica es producir moscas del Mediterráneo estériles, útiles para frenar una plaga distinta, principalmente relacionada con la fruticultura.
La planta, nombrada en honor al ingeniero Jorge Gutiérrez Samperio, prometía producir hasta mil millones de moscas estériles por semana, pero su diseño no contempla la especie que está afectando al sector ganadero. Mientras tanto, el país se enfrenta sin herramientas propias al brote del gusano barrenador, que amenaza seriamente la ganadería nacional.
En contraste, México cerró en 2013 la única planta especializada en producción de moscas estériles contra el gusano barrenador, ubicada en Tuxtla Gutiérrez. Hoy, esa infraestructura sirve como destacamento de la Guardia Nacional. Sin capacidad de respuesta propia, el país depende completamente de Estados Unidos, que mantiene una planta operativa en Panamá para este tipo específico de plaga.
Julio Berdegué, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), admitió recientemente que México no puede producir estas moscas, y que deben importarse. Esta dependencia externa pone en evidencia la falta de previsión en la gestión de riesgos agropecuarios, pese a contar con la información técnica necesaria para actuar con anticipación.
Nuvia Orduño Cruz, entomóloga de la Universidad Autónoma de Chihuahua, explicó que la técnica de la mosca estéril consiste en liberar machos incapaces de reproducirse, los cuales se aparean con hembras en libertad, lo que frena la reproducción de la plaga. Existen varias modalidades de dispersión, desde cajitas con insectos vivos hasta moscas en estado de aletargamiento, listas para activarse en el ambiente adecuado.
Esta estrategia ha demostrado ser altamente eficaz, pero para aplicarla se requiere infraestructura y logística que actualmente México no posee para el gusano barrenador. El problema no es la técnica, sino la ausencia de instalaciones específicas que permitan producir los insectos adecuados para la especie en cuestión.
La omisión de construir una planta adecuada, a pesar de las advertencias, se perfila como un error costoso tanto para el sector ganadero como para el presupuesto nacional. La inversión en Moscamed, si bien útil para otro tipo de plagas, no responde a la urgencia sanitaria actual que exige acciones inmediatas y coordinadas para evitar una crisis mayor.