La jornada laboral de 40 horas, una demanda histórica de la clase trabajadora, comenzará a aplicarse de forma gradual en México hasta consolidarse en 2030.
Durante la conmemoración del Día Internacional del Trabajo, el gobierno federal anunció que la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales será una realidad en México antes de concluir el sexenio. La presidenta Claudia Sheinbaum instruyó al secretario del Trabajo, Marath Bolaños, para que se inicie la aplicación gradual de esta reforma, con el objetivo de que esté completamente implementada en enero de 2030.
El anuncio fue hecho en presencia de representantes sindicales, con quienes se reafirmó el compromiso de transformar el modelo laboral actual en beneficio de millones de trabajadores. Bolaños detalló que se organizarán foros nacionales del 2 de junio al 7 de julio de 2025, con la participación de trabajadores, empleadores, empresarios y académicos, a fin de construir un modelo justo y viable para la reducción progresiva de la jornada laboral.
La presidenta Sheinbaum subrayó que esta reforma deberá aprobarse por consenso, siguiendo el ejemplo de otras grandes transformaciones laborales del país, en las que siempre se ha buscado el diálogo entre trabajadores y empleadores. En este sentido, reiteró que las mesas de trabajo servirán como espacio de diálogo para alcanzar un acuerdo que permita dignificar las condiciones laborales sin afectar la productividad ni la competitividad de las empresas.
Marath Bolaños enfatizó que la reducción de la jornada no significa una disminución en el valor generado, sino una oportunidad para mejorar la calidad de vida de las y los trabajadores, devolviéndoles tiempo personal sin afectar la eficiencia de las organizaciones. El funcionario respaldó sus argumentos en estudios y experiencias internacionales que demuestran que jornadas más cortas pueden incrementar la motivación, el compromiso y el bienestar del personal.
La fecha elegida para este anuncio tiene un profundo simbolismo, ya que el 1 de mayo recuerda la lucha de los mártires de Chicago, quienes en 1886 alzaron la voz por una jornada laboral de 8 horas y fueron víctimas de una brutal represión. Con este nuevo paso, México honra esa herencia histórica y busca avanzar hacia un esquema laboral más justo y humano.
