Casi 30 municipios sufrieron bloqueos tras un fallido intento del gobierno de capturar a capos del CJNG y Cárteles Unidos que se habrían reunido en Michoacán o Jalisco.
Los bloqueos y actos violentos ocurridos el pasado 23 de abril en al menos 29 municipios de Michoacán, Guanajuato y Jalisco habrían sido una maniobra deliberada de los cárteles para impedir la captura de varios de sus jefes, reveló el especialista en seguridad Eduardo Guerrero. Según explicó en el programa La Hora de Opinar, la intención de dichos eventos fue facilitar la huida de capos tanto del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como de Cárteles Unidos, tras enterarse de una intervención federal.
En total, se reportaron disturbios en 26 municipios de Michoacán, dos en Guanajuato y uno más en Jalisco. Durante estos hechos se registraron bloqueos con vehículos incendiados, ataques a comercios, agresiones a elementos de seguridad y el fallecimiento de dos policías. Según confirmó el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, también se aseguraron artefactos explosivos y se destruyeron minas colocadas en la zona.
Aunque en un principio circularon múltiples versiones no oficiales sobre lo sucedido —entre ellas la posible captura de Ricardo Ruiz Velasco, alias “El Doble R”, un jefe regional del CJNG—, la teoría de Guerrero ha cobrado fuerza por su coherencia con los patrones de reacción violenta del crimen organizado. El especialista sostuvo que había fuertes rumores sobre una reunión de alto nivel entre líderes de ambas organizaciones criminales, posiblemente con la intención de formar una alianza entre Cárteles Unidos y el CJNG.
Al parecer, las autoridades tuvieron conocimiento previo de dicha reunión, lo que motivó un operativo para detener a algunos de estos líderes. Sin embargo, los capos lograron escapar antes de que las fuerzas federales pudieran concretar arrestos, bloqueando carreteras estratégicas para impedir su persecución. Esta táctica permitió su retirada mientras generaban caos en múltiples puntos simultáneamente.
Guerrero también criticó al gobierno federal por la falta de información clara sobre lo sucedido, lo que —aseguró— contribuye a la propagación de versiones no confirmadas que solo aumentan la incertidumbre entre la población. Por su parte, desde el Gobierno de Michoacán trascendió que los hechos podrían haberse desencadenado tras la captura de un líder criminal en Jalisco, aunque esto no ha sido confirmado de manera oficial.
La violencia que azotó a estos tres estados el 23 de abril representa uno de los operativos de reacción criminal más amplios del año, y deja al descubierto el nivel de coordinación de los grupos delictivos ante una posible ofensiva gubernamental.
